martes, 31 de marzo de 2009

MALTRATO contra los animales: práctica que debe acabar



Entre las cosas horribles e indignantes que pasan en este mundo, está el maltrato contra los animales. Una práctica aborrecible, si tomamos en cuenta que los animales muchas veces no comprenden la situación por la que están pasando, y esto hace que su sufrimiento sea enorme. Y sobre todo, los animales pequeños, que muchas veces no pueden escapar del maltrato (psicológico o físico) ya que están encerrados, o privados de su libertad.


Cuando hablo del maltrato, no solo estoy hablando de la tortura, que ya de por si es indignante y como para horrorizar a cualquier persona que tenga un mínimo de bondad. Hablo también del maltrato psicológico, los golpes, la falta de atención, y otras prácticas que sin ser necesariamente tortura constituyen un maltrato.

Esta columna va dedicada a esos animales. A los animales que en este momento están padeciendo maltratos, depresión como consecuencia de su situación y por supuesto, dolor físico y tormento psicológico. Pero esta columna no es solo para llamar la atención en torno a un mal, ni la escribo con el ojeto único de indignar a quien la lea. Tampoco la escribo unicamente para lamentarse de esa situación y no hacer nada.

No. Esta columna es con el objetivo de llamar la atención, ciertamente, pero también para reflexionar en torno a la culpa que todos tenemos para que eso suceda. La culpa que todos tenemos al no hacer nada, ya sea por comodidad, por apatía, por creer que no se puede hacer nada, etcétera. En fin, la culpa con la que todos cargamos por el cómplice silencio y hasta por el error de considerar que los animales son propiedad privada, y que los dueños pueden hace con ellos lo que quieran.

Pero no, eso es pura mentira. Los animales son seres vivos, que sienten (dolor, tristeza, depresión, sufrimiento, én fin). Eso es mas que suficiente para lamentarnos de su sitaución, y para considerar que tienen derechos que les asisten. Eso es suficiente para indignarnos por el maltrato que reciben, y para dejar de lado esa estúpida creencia de que los animales son esclavos u objetos. Lamentemos o no el maltrato a los animales, ellos tienen derechos, y esos derechos no deben de ser violados. Detener el maltrato contra los animales nos hace ser una civilización mejor, y es un deber que la humanidad, si es racional, lleva a cuestas.

Esta columna está dedicada a los animales que sufren maltrato, pero también se escribe como un pequeño grano de arena de mi parte para acabar con esa situación. Un grano de arena que de algo servirá. Esta columna tiene dos objetivos principales: uno, llamar la atención en torno a un mal y reflexionar en torno a la culpa que tenemos, y; dos, proponer soluciones para acabar este problema.

Hace unas semanas, recibí en mi correo electrónico, unos videos en torno al despellejamiento de focas y mapaches, para aprovechar sus pieles y venderlas. Lo indignante y verdaderamente mostruoso es que esos pobres animales estaban vivos, y así duran unos minutos después de quitarles la piel.

Pero en fin, ese es un ejemplo sanguinario y monstruoso del mal que sufren los animales. Aquí propongo algunas cosas que podemos hacer:

1. Dejar de comprar pieles de animales (el cine debe de dejar de promover esa vestimenta como símbolo de "elegancia" y "distinción").
2. Organizarnos los ciudadanos en agrupaciones para exigir a los legisladores y gobiernos que promulguen leyes contra el maltrato a los animales, y estar pendientes de que esas leyes se cumplan.

3. Castigar el maltrato contra los animales. Las autoridades deben de exigir a los criadores de animales buen trato (alimentación adecuada, cuidados, alojamientos adecuados, etcétera). En caso de no hacerlo, las autoridades deben de recoger el animal en cuestión. Los "dueños" de los animales deben de entender que ellos no pueden maltratar a un animal, y hasta se debería de ficharlos para que en lo sucesivo, no estén autorizados a tener un animal.

4. Hay que cuidar sobre todo a los niños. Hay que tomar en cuenta que los niños son personas muchas veces inconscientes. Esto hace que muchas veces cometan acciones con los animales pequeños que aparentemente no son malas, pero que le ocasionan al animal daño psicológico (tristeza, depresión o incluso miedo). Es preciso estar alertas en cuanto a lo que hacen, y detener esas acciones. Esto debe de hacerse enseñándoles a los niños que acciones pueden ocasionar miedo y daño psicológico.

5. Establecer como ley que las tiendas no vendan a cualquier persona un animal. Muchas veces, las personas que compran animales pueden ser abusadores o psicópatas que les gusta atormentar a los animales. Establecer condiciones de información que se soliciten a las personas que deseen adquirir animales: De que vive la persona, si tiene antecedentes penales, domicilio, etcétera. Además, establecer obligaciones que los criadores deban aceptar al momento de venderseles un animal. Obligaciones que estén siendo evaluadas.

6. Castigar a quienes ejerzan la veterinaria sin permiso. También, castigar a veterinarios crueles que hagan experimentos con animales.

7. Establecer como obligación por parte de veterinarias y tiendas de animales, tener en buenas condiciones a los animales.

8. Establecer como obligación a los restauranteros y dueños de tiendas de comida tener en buenas condiciones a los animales, además de practicar métodos humanos de matarlos.

9. Los gobiernos locales deben de tener un servicio para recoger a animales de la calle. Tanto para evitar que caigan en malas manos como para acabar con el sufrimiento de muchos de ellos. Si un animal llega enfermo, debe de ser tratado por veterinarios. Tanto los animales que puedan sanar como los que lleguen en buenas condiciones deben de ser puestos en adopción (con las condiciones antes fijadas para vender animales).

10. Los animales de la calle que padezcan una enfermedad incurable, deben de ser humanamente sacrificados.

11. Por último, denunciar el maltrato de animales.

Recuerda, si tu fueras animal, no te gustaría que te maltrataran. Y menos, que lo hicieran con el cómplice silencio de la sociedad. Hagamos algo por esos seres que sufren en silencio. Solo así, podremos pensar en un mundo mejor. Solo así, podremos empezar a imaginar un mundo que se encamina a la felicidad y a la dicha.

jueves, 26 de marzo de 2009

EL regreso del pasado ¿Posible revancha en 2012?



El 2 de julio de 2000, México vivió una de las elecciones presidenciales mas competidas y monitoreadas de la historia. Elecciones que destacaron por ser las primeras después de la reforma electoral de 1996 que acabó con el dominio de un partido en los órganos electorales y en las casillas; en pocas palabras, le quitó al partido en el poder el control, la organización y el conteo de los votos. Pero estas elecciones destacaron por algo mas importante, que dio la vuelta al mundo entero: el fin del régimen priista, el dominio político mas longevo del siglo XX.

El Partido Revolucionario Institucional (PRI), el partido que estaba en el poder y a través del cual gobernaba la clase política triunfante desde la revolución, se resignó a perder lo que hasta entonces era inimaginable que perdería: la presidencia.

Fue durante el sexenio de Vicente Fox cuando el PRI, ya fuera del poder, intenta recuperarlo mediante la estrategia de bloquear las reformas presidenciales en el congreso, con la idea de que, al irle mal al partido en el poder, la gente deseara el regreso del pasado. Estrategia que fracasó, pues en las elecciones de 2006, a parte de quedar en tercer lugar en el número de diputados, su candidato presidencial quedó en un lejano tercer lugar en el conteo de votos (por debajo de Felipe Calderón Hinojosa, que quedó en primer lugar, y de Andrés Manuel López Obrador, que quedó en segundo lugar).

Sin embargo, fue justamente en esa jornada postelectoral cuando el PRI comienza a beneficiarse. Por un lado, el PRD no reconoce el triunfo de Felipe Calderón (legítimo presidente) e inicia una antidemocrática y mesiánica rebelión "pacífica" que incluye bloqueos a fuentes viales, agresiones a la camioneta del presidente electo, descalificación de los tribunales electorales, mentiras en torno a supuestas acciones de fraude, etcétera. El bloqueo de la avenida Reforma y las acciones radicales del PRD en el congreso hacen que este instituto político pierda popularidad, y si en las elecciones su candidato había obtenido poco mas de 35 % de votos, una encuesta de esos días demostró que si las elecciones se hubieran repetido, AMLO hubiera obtenido solo un 17 %.

Por otro lado, el PAN, el partido en el poder y el que ganó las elecciones de 2006, responde a la violencia del PRD en el congreso dias previos a la toma de posesión de calderón como presidente. Además, durante los primeros años que han transcurrido del sexenio de Calderón, el PAN se ve imposibilitado de hacer las grandes reformas estructurales para crecer, y esto crea en la ciudadanía una imagen del PAN como un partido incapaz de gobernar.

En este contexto, el PRI comienza a jugar el rol que aparentemente le está dando beneficios en imagen y posible control del congreso, después de las elecciones intermedias de 2009; y posteriormente, en 2012, del posible retorno al poder presidencial, lo cual sería una revancha del pasado contra el presente.

El PRI ha jugado la estrategia de presentarse como un partido de "centro", en medio de los radicalismos de "derecha" e "izquierda" del PAN y el PRD, respectivamente. Su estrategia, por lo que se puede percibir, es actuar de una manera tal que parezca el partido negociador entre los dos extremos irreconciliables. Volver a ser el "fiel de la balanza", como se decía antes. Este juego le ha reportado beneficios. Muchas encuestas de opinión y algunos comentaristas dan como un hecho que el PRI obtendrá mas diputados en las elecciones legislativas de este año. Y existe la posiblidad de que el PRI no solo repetirá su éxito de 2009 en 2012, sino que en ese año, es muy seguro de que obtenga el control del senado y el premio mayor: la presidencia. Estas percepciones son compartidas por la población.

Desde luego, las opiniones en torno al regreso del PRI a los pinos se dividen. Hay quienes afirman que el regreso del PRI sería bueno ante el radicalismo del PRD y la apatía del PAN. Hay quienes aseguran que el PRI "ya cambió", y que los "malos" ya se fueron al partido del sol azteca (ciertamente, muchos priistas del pasado emigraron a ese partido ante el posible triunfo de López Obrador, pero aun quedan en el PRI muchos de esos priistas del pasado). Los menos, aseguran que a pesar de los fracasos del PAN, el regreso del PRI es un retroceso y no es lo que aparentemente creen muchos mexicanos (opinión que comparte quien esto escribe).

Pero mas allá de las percepciones, lo cierto es que el triunfo del PRI en 2009 y en 2012 es una posibilidad muy grande. Si regresa, estaremos presensiando una revancha del pasado contra el presente. Si pierde, cabe la posiblidad de que la revancha se realize después, quizá en 2018 o en 2024. De cualquier manera, una cosa es cierta: si el PRI gana las elecciones, podrá obtener muchos de los beneficios del pasado, e incluso, es posible que pueda ejercer ciertas presiones sobre los medios de información (prensa, radio y televisión), pero en cambio, será ya muy difícil que gobierne con el mismo control y el mismo aparato de Estado que tuvo a su disposición durante casi todo el siglo XX. Esto por muchas razones, pero una de ellas, por el hecho mismo de que el regreso del PRI ya no sería el regreso de toda la clase política que dejó el poder en 2000: esa clase política se desintegró a lo largo del primer sexenio de transición (por disputas y otras razones) y parte de esa "familia revolucionaria" está fuera del partido: los del PANAL y gran parte del PRD pejista.

Por lo tanto, mas que un regreso de la clase política surgida de la revolución, acaso sería el regreso de una parte de esa familia antaño dinástica. Mas que un segundo régimen priista, quizá sería un régimen salinista, madrazista o neopriista. Pero eso depende primero de si la percepción popular se cumple: la de que el PRI volverá, por sus fueros, al poder en 2012.

sábado, 21 de marzo de 2009

LUIS Donaldo Colosio: La gracia de la muerte



Era la tarde del 23 de marzo del año de 1994. La ciudad de Tijuana recibía a un candidato que entonces "hacía campaña" por su partido. El candidato en cuestión era ni mas ni menos que un nativo de la vecina entidad de Sonora: Luis Donaldo Colosio Murrieta. Partido que lo postulaba: el oficial, el que en ese entonces tenía aun el control, el conteo y la organización de las elecciones (a pesar de las reformas electorales que le habían obtaculizado ese control): el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

La agenda se cumplió esa tarde: Luis Donaldo Colosio recitó un discurso enfrente de sus seguidores (y seguramente también, de los acarreados que el partido proporcionaba cada seis años al siguiente presidente, que competía contra otros en condiciones ventajosas). Luis Donaldo Colosio bajó del lugar desde donde divisaba a su público y comenzó a mezclarse con la multitud, que lo vitoreaba como su seguro presidente. Luis Donaldo Colosio saludaba de mano a sus seguidores. De pronto, un disparó sonó, y el candidato cayó al suelo herido. Otro disparo sonó, y Luis Donaldo estaba tirado manchado de sangre. Su seguridad lo recogió y se lo llevó a un hospital, donde esa misma tarde falleció. También, su seguridad detuvo al presunto asesino material: Mario Aburto Martínez, un mecánico de 23 años de edad.

Esa noche, murió un candidato que hubiera sido presidente (ganara con las buenas o con las malas artes de su partido). Pero en cambio, de la gracia de la muerte, nació un mito: el de Luis Donaldo Colosio héroe de la democracia y para algunos, víctima del salinismo.

Pero ¿De verdad Luis Donaldo Colosio fue un héroe de la democracia como se nos ha presentado? ¿En verdad fue una víctima de los corruptos y del régimen priista? ¿Que había hecho el para merecer esa admiración sin necesidad de que lo mataran?


Porque Luis Donaldo Colosio siempre fue un miembro del régimen del que, según la leyenda inventada en torno a el, lo mandó matar. Y si analizamos su biografía, no hay ninguna razón para pensar en el como un luchador de la democracia. Es comprensible que lo admiren y lo quieran los salinistas (y los Salinas) pero ocurre que a Luis Donaldo Colosio lo han tomado como un símbolo y un héroe el sector político e intelectual que hoy se define como "antisalinista". Y como ocurre en esos casos, los antisalinistas han hecho circular una leyenda que pone a Colosio como una víctima del salinismo (y no unicamente de algunos sectores del PRI antisalinista).

Según esa leyenda, Luis Donaldo Colosio era un miembro honesto del PRI que se oponía al salinismo y quería la democracia, además de estar en pugna con los corruptos de su partido. El discurso que pronunció cuando fue oficializada su candidatura demostró, a ojos de esos antisalinistas, que Colosio era opositor al autoritarismo de su partido. Fue entonces cuando los priistas, para deshacerse de un candidato que les quitaría sus privilegios, decidieron matarlo con la aprobación de un Salinas como villano principal (y jefe de esos corruptos que, según algunas frases escritas en paredes con pintura, "te tuvieron miedo").

Esa leyenda adolece de muchas fallas y falsedades. En primera, como ya escribí líneas arriba, Luis Donaldo Colosio jamás luchó por la democracia. Se ignora si la hubiera impulsado de llegar a la presidencia, pero lo cierto es que no se encuentra en su biografía ninguna acción que indicara que Luis Donaldo Colosio fuera, hasta ese entonces, enemigo del PRI y su dictadura perfecta, esa que describiera Mario Vargas Llosa. Por el contrario, hasta 1988 Colosio fue un subordinado gris del grupo de Salinas y un desconocido en el mundo de la política, tanto el oficial como el de oposición. Pero es la parte de su biografía bajo el salinismo donde se demuestra que Colosio ni era enemigo de Salinas, ni tampoco del PRI- Gobierno. Por el contrario, fue con Salinas en la presidencia donde Colosio se benefició politicamente, pues fue en ese sexenio cuando le llegó el turno de ocupar varios puestos que lo hicieron conocido a nivel de presidenciable. En uno de esos puestos, el de presidente del PRI, Colosio demostró ser leal al gobierno autoritario y represivo del que formaba parte. Como presidente del PRI designado por el presidente, calló ante los fraudes electorales que en ese entonces el salinismo realizaba contra el PRD (partido que curiosamente lo ha elevado al rango de héroe de la democracia) y los fraudes electorales para gobernador en dos entidades: San Luis Potosí y Guanajuato (el primer caso contra el doctor Salvador Nava y el segundo contra el PAN y su candidato, Vicente Fox Quezada). Fraudes que tuvieron que dar marcha atrás, el primero gracias a la popularidad del doctor Nava y a su insurgencia cívica y electoral, y el segundo debido a los señalamientos del influyente periódico estadounidense Wall Street Journal (recuérdese que Salinas aspiraba a lograr la aprobación en el congreso de Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y un fraude electoral hubiera dejado mal parada la imagen del salinismo). Fue Salinas el que procedió a dejar de lado el fraude electoral en los dos casos, y Colosio solo cumplió órdenes al aceptar la situación (como buen priista que era).

Como se puede ver, Colosio era el candidato de Salinas y del PRI- Sistema. Las críticas que pronunciara en su discurso de oficialización de su candidatura era en realidad parte del ritual de campaña del PRI y su candidato. Es que si algo de extraño tuvo esa dictadura sui generis del PRI, era el hecho de que cada seis años los candidatos oficiales prometían acabar con todo lo malo que había en el país. Es decir, con todo lo malo que el PRI había generado. En todos los países el candidato del partido en el poder promete continuar con el modelo de gobierno de su partido, pero en el México del PRI, el candidato oficial se entregaba a discursos donde atacaba la corrupción, la injusticia social y otros males que asolaban al país, y esto sin que el PRI rompiera con el. Pero había un límite, y ese era que el candidato del PRI (y seguro presidente de México), enaltecía la figura de su antecesor, el presidente saliente, el hombre al que le debía la candidatura (y por tanto, su ascenso como presidente del país y jefe del sistema). Ese discurso de crítica de Colosio no fue nada que no hubiera hecho antes, en su momento, el mismo Salinas, o Miguel de la Madrid (recuérdese el lema "renovación moral de la sociedad", que el candidato de la Madrid lanzara como slogan de campaña y que hacía alusión a la corrupción que el gobierno de José Lopez Portillo generó). Y antes que ellos, Lopez Portillo había prometido acabar con los males que su partido había creado, y lo mismo había hecho Echeverría, y así lo hicieron los candidatos presidenciales del PRI anteriores. Hoy, casi todos los mexicanos recuerdan, del discurso de Colosio, aquellas memorables palabras de "yo veo un México con hambre y sed de justicia", entre otras frases memorables, pero ya casi nadie recuerda una de las partes de su discurso, donde hace gala de su salinismo y su pertencia al régimen que, según los antisalinistas, lo mandó matar. Esa parte del discurso dice así: "Mi reconocimiento al presidente de la modernización de México, el de la mueva mentalidad, el que construyó la nueva presencia de México en el mundo. Mucho me enorgullece haber servido al lado del presidente Carlos Salinas de Gortari".

Esta parte de su discurso es importante. El estudio de su biografía también lo es, para acabar con el mito del antisalinismo de Colosio y esa idea absurda de que Salinas estuvo implicado en su asesinato. Mas bien, el asesinato de Colosio, si no fue obra de un loco solitario, fue obra de sectores antisalinistas dentro del régimen y el partido. Mucho se ha señalado la posible participación de miembros del TUCAN (Todos Unidos Contra Acción Nacional, aquella organización que el priismo mas turbio de Baja California formó contra el PAN cuando este partido pasó a gobernar la entidad, y que sentía descontento contra salinas, al que acusaban de entregar la entidad a la "ultraderecha"). También se ha señalado al narcotráfico como posible autor del atentado. Según algunos estudiosos del caso, el cártel de Tijuana, que había padecido cierta persecución de la federación debido a la necesidad del gobierno salinista de proyectar en el extranjero una imagen de combate al crimen, pudiera estar implicado como amenaza y advertencia de que si se lo proponía, podía desestabilizar el país.

Desde Luego, estas son conjeturas, que pueden ser ciertas o falsas, pero una cosa es claro: Colosio no fue asesinado por instigación de Salinas, ni fue una víctima del régimen. Ni mucho menos, un luchador de la democracia. Su imagen se agrandó con su asesinato, a proporciones que no merece. Si acaso el crimen fue político, es seguro que provino de sectores del mismo régimen priista que percibían en Salinas y en el salinismo mas destacado, del que Colosio era parte, una amenaza a sus privilegios. Sectores del PRI que querían preservar el régimen de partido hegemónico, pero sin Salinas y sus acólitos en el puesto de mando, y sin algunas políticas que esos sectores veían como una amenaza a sus intereses: reformas electorales que reducían el control del PRI en las elecciones, reconocimiento de victorias a la oposición (sobre todo del PAN) en elecciones estatales, y sobre todo, reformas económicas. El homicidio de Colosio, mas que eliminar a un demócrata, lo que se pretendía mas bien era eliminar a un salinista destacado, discípulo de un presidente que solo concedió reformas electorales democratizadoras y victorias a la oposición en gubernaturas cuando ya no había mas remedio, cuando la oposición ya estaba socavando a traves de protestas callejeras el sistema autoritario de gobierno, y ante la posible presión internacional, pero que seguía negándose a conceder independencia total del gobierno a los órganos electorales y que a fin de cuentas pretendió que el PRI siguiera dominando al gobierno y a la política mexicana de manera autoritaria, al mismo tiempo que pretendía un sistema económico mas o menos liberal.



P. S: Es irónico que a Luis Donaldo Colosio, sin haber luchado jamás por la democracia, se le recuerde como un héroe de la democracia, y que su homicidio haya generado tantos libros, artículos, reportajes televisivos, letreros que recuerdan su tragedia, y otras tantas cosas mas. Pero mientras este hombre, sin tantos merecimientos como presume la leyenda que se ha formado en torno a el, es celebrado, admirado y recordado, otro hombre, este si verdadero héroe de la democracia, es ignorado y mantenido en el olvido. Ese hombre al que me refiero, y que tuvo mayores méritos que Colosio, se llamó en vida Manuel de Jesús Clouthier del Rincón, apodado el "Maquío". Este hombre si es un verdadero héroe de la democracia, que merece mas libros, artículos, análisis, reportajes en televisión y celebridad de la que tiene Colosio. Irónicamente, mientras a Colosio lo celebran, al Maquío la intelectualidad, los medios y los políticos lo ignoran. Incluso, cuando se habla del fraude del 88 se le cita de pasada (lo mismo que el papal que desempeñó), y en cambio, se enaltece a otro desmerecedor de ese título de "héroe de la democracia": Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, un priista mas, como Colosio, que solo se separó del régimen cuando no le tocó el beneficio del dedazo. Es a hombres como Clouthier a quien deberíamos de honrar en un monumento a la democracia. Es la figura de este hombre la que deberíamos de hacer célebre.

lunes, 16 de marzo de 2009

BENITO Juárez, entre el mito, la fascinación y la realidad


Los héroes han existido siempre. La admiración a los héroes y los héroes mismos quizá son tan viejos como la historia humana. Los héroes pueden ser reales, legendarios o imaginarios; pueden ser militares, políticos, científicos, religiosos, luchadores sociales, etcétera. Moisés fue un héroe para los hebreos (y lo sigue siendo para los judíos y cristianos). La mujer que descubrió la agricultura puede ser considerada una heroina en la historia de la humanidad. Hércules es un héroe mitológico de los antiguos griegos, lo mismo que Perseo lo fue para los antiguos persas. En fin, podría nombrar mas ejemplos de héroes. Incluso figuras hoy consideradas generalmente como antihéores fueron héroes para muchos en su tiempo, como Hitler.
Los héroes (sean históricos, legendarios o mitológicos) son recordados por los habitantes de una nación, representando algo en específico. Desde luego, con el paso del tiempo, los hechos en los que esos héroes se vieron involucrados se van deformando, y hasta los ideales y la personalidad de esos héroes cambia. De tal manera que esos héroes pueden representar en la memoria colectiva algo contra lo que en la vida real combatieron.
Uno de esos héroes históricos, cuyo pensamiento ha sido tergiversado, es el presidente mexicano Benito Juárez García, quien gobernó al país entre 1860 (cuando las fuerzas liberales en la guerra de Reforma obtienen ventaja estratégica y militar sobre las conservadoras) y 1863 (cuando huye de la capital mexicana ante el avance del ejército invasor de Francia, ayudado por los conservadores). Vuelve a gobernar al país entre 1867 (con la rendición de Maximiliano y el triunfo de Porfirio Díaz el 2 de abril) y el 18 de julio de 1872 (cuando fallece en la Ciudad de México). Benito Juárez fue un hombre que generó admiración en su tiempo (el padre de Benito Mussolini le puso ese nombre a su hijo en honor del presidente mexicano). Esta admiración fue una de las causas por las que los regímenes posteriores lo elevaran a la categoría de héroe nacional, símbolo de soberanía, patriotismo, honradez, austeridad, republicanismo, federalismo, indigenismo (fue el primer presidente amerindio de América), respeto a la ley y constitucionalismo.
"Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz", escribió en un memorable documento, quizá sin imaginar que esas palabras iban a ser célebres en el futuro. Fue tal el prestigio que Benito Juárez alcanzó gracias a su indudable inteligencia y a su gran capacidad intelectual, que recibió el título de "Benemérito de las Américas".
Como podemos ver, Benito Juárez el hombre ha sido admirado y celebrado (incluso esta fascinación por la figura del prócer la explotó el régimen de Porfirio Díaz, quien fuera enemigo de Juárez en sus últimos años de vida). Pero la pregunta de este análisis sería ¿Realmente el pensamiento y la personalidad de Juárez ha sido admirada? ¿Acaso no se ha distorsionado la verdadera personalidad del benemérito y su verdadero pensamiento, de tal manera que represente ideales por los que el nunca hubiera abogado?

Es que como escribía al principio, los héroes terminan siendo distorsionados con el paso del tiempo, de tal manera que los que se sienten herederos de esos héroes terminan utilizando la figura de ese héroe como símbolo de cosas que en realidad representan a los que lo combatieron, los que en vida fueron sus enemigos.

Benito Juárez no es la excepción. Benito Juárez ha sido, como han afirmado muchos, uno de los hombres mas admirados, y al mismo tiempo, uno de los menos respetados. Porque Benito Juárez ha sido tomado como símbolo de indigenismo, de soberanía, de democracia y federalismo, y hasta de estatismo y proteccionismo económico. ¿Que tanto de esto representó el verdadero Juárez?
Todos los héroes tienen una antítesis; personas que representan lo contrario a los héroes glorificados. Y así como Hernán Cortés es la antítesis de Miguel Hidalgo en la historia oficial (ya que uno conquistó y sometió a México y el otro lo liberó), Porfirio Díaz ha sido considerado el villano que en la historia oficial legada por el PRI- Gobierno representa lo contrario a Juárez: autoritarismo, dictadura, corrupción, explotación social, antiliberalismo religioso, conservadurismo, entrega de la soberanía y de los recursos al extranjero, etcétera. Pero ¿Que tan diferente fue Juárez de Porfirio Díaz en la vida real? ¿Que defectos de tipo porfirista tenía el verdadero Juárez? o ¿Que cualidades de tipo juarista tenía el verdadero Porfirio Díaz? Porque el verdadero Juárez dista mucho de ser lo que la historia oficial enseñó en las escuelas, y contra los deseos de la "izquierda" y el PRI, Juárez y Porfirio Díaz tenían mucho en común, tanto que podría decirse que fueron "almas gemelas".
¿Benito Juárez indigenista? Depende de que se entiende por indigenismo. Si por indigenismo entendemos la corriente que propugna un mundo utópico de rescatar a los indios de su pobreza y postración mediante el respeto y la promoción de sus usos y costumbres, estamos entonces hablando de un Juárez antiindigenista, contrario a la falsa idea de que Juárez hubiera sido antepasado ideológico de los "zapatistas" del EZLN. Es contradictorio que muchos políticos e intelectuales admiradores de Marcos y su ejército "zapatista" se declaren juaristas al mismo tiempo que reivindican los usos y costumbres de los indios. Juárez era contrario a los usos y costumbres de los indios, pues consideraba que muchas de estas costumbres los mantenían en la pobreza y en la barbarie, en una palabra, en el atraso. Juárez pugnaba por un indigenismo que integrara a los indígenas a la nación mexicana, en lugar de excluirlos de ella. Abogaba por llevar la educación y la ciencia al servicio de los indígenas, jamás la utopía y la pureza cultural.
¿Benito Juárez jacobino y anticlerical? Una verdadera mentira. Es cierto que Juárez pugnaba por un Estado nacional laico, que separada el poder de la iglesia (de la religión que fuera) y del gobierno nacional; que respetara el libre pensamiento y la libertad de religión y conciencia; y que el poder económico de cualquier clero estuviera limitado (de allí sus medidas de secularización de los bienes de la iglesia y las leyes de Reforma, promulgadas en Veracruz). Sin embargo, las medidas de Juárez nunca fueron antirreligiosas, ni siquiera anticlericales, además de que el laicismo que el defendía nunca estuvo basado en que los políticos escondieran sus convicciones religiosas.
¿Benito Juárez estatista? De ninguna manera. Juárez ha sido tomado como símbolo por los defensores del ejido (tierras comunales trabajadas por ejidatarios, los cuales tienen prohibido vender, hipotecar, rentar o heredar las tierras que trabajan para el Estado). Cuando en 1992 el presidente Carlos Salinas de Gortari envió su iniciativa de privatizar el ejido muchos afirmaron que se estaba traicionando los ideales de Juárez, Emiliano Zapata y Lázaro Cárdenas. Ciertamente, la privatización de los ejidos era contraria al espíritu socialista y estatizante de Cárdenas, pero de ninguna manera contradecía al anarquismo natural de Zapata ni al liberalismo y librecambismo de Juárez. Benito Juárez en realidad, fue un liberal en lo religioso y en lo económico. Era partidario del capitalismo de libre mercado, de las inversiones extranjeras y de la propiedad privada. También de liberalizar la industria, el comercio y la banca. Se ignora si el liberalismo de Juárez hubiera llegado a la aprobación de los tratados de libre comercio, pero de que estaba a favor de las inversiones extranjeras en todos los campos y de la libertad de producir y comerciar dentro del territorio nacional no hay duda alguna, por lo menos para los que investiguen los verdaderos ideales de Juárez. En esto, se parece a Porfirio Díaz. También en lo clerical. Incluso, Juárez llegó al extremo de tolerar abusos en la privatización de las tierras comunales, al permitir que los indígenas y comuneros fueran despojados de lo que se debió de privatizar para ellos. Estos abusos generaron las primeras rebeliones campesinas de la etapa liberal, que muchos despistados ubican en tiempos del porfiriato. Como ejemplo de estas rebeliones está la del tigre de Álica (Manuel Lozada) en partes de Nayarit y Jalisco, que fue aplastada por el ejército federal. Resulta contradictorio que la "izquierda" adopte como símbolo la figura de Benito Juárez para oponerse al liberalismo económico.
En lo político, Benito Juárez no fue tan liberal ni tan demócrata como se piensa. Benito Juárez demostró su autoritarismo y proclividad dictatorial desde los tiempos de la guerra de Reforma, cuando manda procesar a Santos Degollado solo por haber promovido conversaciones de paz con los conservadores. Durante la guerra de intervención francesa tuvo otra oportunidad de demostrar su ambición de poder y su vocación autoritaria cuando se niega a dejar el poder a Jesús González Ortega, cuando el período de Juárez terminó en 1865. Juárez maniobró para quedarse con el poder, en abierta violación a la constitución liberal de 1857, de la que se decía custodio. Maniobra que hubiera dejado admirado a cualquier fiel seguidor de Maquiavelo. Pero fue durante la época de la república restaurada cuando el autoritarismo de Juárez se hace mas evidente, lo mismo que su deseo de no dejar el poder hasta que la muerte lo separe (y en efecto, solo la muerte lo separó del poder). Entre las acciones de Juárez en este período destacan sus intentos por someter al congreso a su magna autoridad, así como la compra de votos para favorecer a gobernadores que apoyaban sus reelecciones. Como se puede ver, en lo político fue igual a su antítesis: Porfirio Díaz. La diferencia es que Benito Juárez murió antes de ver su deseo: transformar a su gobierno en una dictadura liberal. Ese proyecto (dictadura liberal) estaría reservado para alguien mas: Porfirio Díaz, el héroe del 2 de abril. Como en muchas ocasiones se ha expresado, si Benito Juárez el abogado hubiera vivido mas tiempo, hubiera pasado a la historia como un dictador civil, en tanto que si Porfirio Díaz el militar hubiera tenido la desgracia de fallecer por la misma época en que terminó su primer período, hubiera pasado a la historia como un soldado demócrata defensor de la libertad, cuyo nombre estaría en letras de oro en mas de una legislatura.
Finalmente, y por último, es común que a los conservadores y a don Porfirio se les satanize como entreguistas y como traidores a la patria por "vender la soberanía". Los historiadores oficiales siempre sacan a tema el tratado de Mont- Almonte, que firmara el gobierno conservador con España (y que conociendo los puntos a cumplir, en nada ponía en riesgo la soberanía de la nación), pero no se recuerda que el triunfo de Juárez fue el triunfo de la posible conversión de México en protectorado de Estados Unidos, y del hombre que autorizó el tratado McLane-Ocampo, que proponía libre tránsito de barcos estadounidenses en el istmo de Tehuantepec, a cambio de apoyo político, económico y militar de la potencia del norte al bando liberal. Se objeta que Juárez tenía nobles propósitos, pues la potencia del norte era democrática en comparación a la Europa Imperial de la que los conservadores eran adictos. Puede que sea cierto, pero se olvida que muchos conservadores, al pedir la ayuda exterior de esa Europa añorada, y al pretender un príncipe europeo y católico como monarca mexicano, también estaban motivados por lo que creían que era mejor para México. Y a pesar de tener nobles deseos, ni Juárez ni los conservadores tenían entre sus propósitos la soberanía. Tan equivocados estuvieron los liberales de Juárez como los conservadores. No en el pedir ayuda a gobiernos extranjeros (abstención imposible en la real politick) sino en el propósito de convertir a México en un protectorado marítimo de Estados Unidos, solo porque esa potencia era democrática, como pretendieron los juaristas, y en el no menor errado propósito de establecer una monarquía sostenida por alguna potencia europea, como lo quisieron hacer los convervadores.
Y en medio de esos extremos, resulta irónico que el único bando que combatió en la guerra de Reforma y que jamás cayó en el error de negociar la soberanía nacional fuera el de los liberales que después se identificaron con Porfirio Díaz, cuando el y el benemérito se enfrascaron en guerra y en abierta disputa por el poder. Porfirio Díaz, en efecto, impulsó las inversiones extranjeras, como antes lo hicera Juárez, pero las empresas extranjeras siempre tuvieron límites relacionados con sus países de origen, además de que no se conoce que Porfirio Díaz haya negociado la soberanía al extranjero a cambio de ayuda, ni en la Reforma, ni en la intervención francesa, ni cuando luchó contra Juárez. Vaya, ni siquiera cuando estalló la revolución maderista. Por el contrario, Estados Unidos adoptó cierta tolerancia con las fuerzas maderistas solo porque el gobierno porfirista quiso equilibrar las inversiones de capital estadounidense con capital europeo (especialmente británico, alemán y francés), además de que trató de acercar a México con Japón. Solo en ese aspecto, el de la soberanía, Juárez es distinto a su antítesis, pero es Porfirio Díaz el que se lleva el mérito de defensor de la soberanía, no Juárez. Sería bueno que la "izquierda juarista y antiyanqui" tomara nota de ello antes de adoptar al benemérito como símbolo de soberanía cada que quieren oponerse a inversiones extranjeras que, según ellos, "violan la soberanía nacional".

viernes, 13 de marzo de 2009

GRANDEZA mexicana, lo que podriamos tener



Bernardo de Balbuena, un gran poeta español, escribió en 1604 un libro denominado "Grandeza mexicana". Un libro de poemas dedicado a la capital de Nueva España, nombre popular con el que se conocía a México antes de la independencia (el nombre oficial de la colonia mas rica de España era "Reino de Nueva España"). Los poemas engrandecen la ciudad; hablan de una ciudad esplendorosa y casi imperial. La grandeza mexicana se usó para la Ciudad de México, pero ha sido un sueño de muchos para el país que popularmente se conoce como "México", y que oficialmente se llama "Estados Unidos Mexicanos" (por cierto, en los cuarenta alguien publicó otro libro llamado "Nueva grandeza mexicana", para admirar el progreso de la Ciudad de México bajo el alemanismo).

Pues bien, esto es importante para reflexionar en torno a lo que aspiramos los mexicanos: a tener un país y una nación grandiosa, a ser una nación admirada y respetada (respetada sin que sea temida). Sin embargo, lamentablemente los mexicanos hemos reflexionado muy poco en torno a las cosas que han hecho que eso no se cumpla, o por lo menos que no se refleje en todas las áreas.

Nos quejamos de todo: del gobierno, los impuestos, el trabajo, los malvados extranjeros que "nos explotan", el destino y en últimas décadas muchos mexicanos se quejan hasta de los curas.
Hay mexicanos que incluso hasta culpan a la "altísima y divina" providencia (dios). Incluso, se ha hecho famosa la típica frase: "dios nos mandó pobres y así nos tenemos que aguantar".

Por supuesto, el que esto escribe comparte la misma opinión en torno a la mayoría de los gobiernos que hemos tenido (no a los actuales, que solo heredaron lo que los anteriores hecharon a perder). Culpables de nuestra postración y de que no seamos un país grandioso los hay en los diferentes cleros (no solo en el católico, sino también en los de otras religiones, sobre todo en las chicas), y en algunos extranjeros que en el pasado nos conquistaron y sometieron a un dominio brutal. Pero la pregunta sería ¿No hemos contribuido los mexicanos a no tener un país grandioso y en cambio a padecer grandes desgracias? Dejando a un lado las naturales (terremotos, huracanes, tormentas destructivas, sequías, etcétera) no hay una sola desgracia que no se origine de nuestra idiosincracia, esa que analizó Octavio Paz en su ya célebre y excelente ensayo llamado "El laberinto de la soledad".
Todos los mexicanos hemos tenido que ver con nuestra propia postración, desde el que esto escribe hasta el que niega tener defectos que lo hagan culpable de su pobreza, de su falta de progreso social y económico, y que solo despotrica contra los demás. Por ejemplo, nos quejamos de la drogadicción, y sin embargo nos oponemos a que en las escuelas se hable de las drogas, creyendo que así se protege a los "chamacos". Nos quejamos de que "dios nos ha mandado pobres", pero muchas de esas personas, en lugar de adquirir la costumbre del ahorro, se gastan todo en cervezas (y no es que yo considere que gastar en diversiones y lujos sea malo, pero para esto también hay que tener límites). Hay personas que incluso donan ahorros a las iglesias como muestra de "devoción", casi casi como si dios fuera banquero o necesitara dinero.

Muchos culpan al extranjero y en general a Estados Unidos (de esta forma de pensar se aprovechan los amlos y otros populistas de "izquierda). Nos rasgamos las vestiduras por el muro que la administración Bush quiso construir en la frontera, y algunos periodistas ya hasta lo comparan con el infame muro de Berlín (habria que informarles a esos periodistas populacheros la diferencia en ambos muros: uno lo quiso construir un gobierno para impedir la entrada a mas inmigrantes, en tanto que el otro lo construyó un gobierno para impedir que sus gobernados huyeran hacia la libertad). El muro que se quiso construir en la frontera es una vergüenza, a mi parecer, pero una vergüenza para México, ya que esto expresa la ineptitud que todos tuvimos para darles empleo o un mejor nivel de vida a esos inmigrantes. Expresa nuestro fracaso en construir la "grandeza mexicana". Como consecuencia de esa incapacidad para erigirnos en un imperio en lugar de un país colonizado mentalmente y resentido, nos hemos acostubrado a devaluarnos, a no creer en nosotros mismo, y hasta a dudar de los triunfos y la inteligencia de algunos mexicanos. "¡Un mexicano inventó esto? Eso es imposible, esto no lo pudo haber inventado un mexicanos¡": es la típica expresión que hacemos los mexicanos cuando alguien nos cuenta los prodigios de otro mexicano, cuando se nos informa que un mexicano inventó tal o cual cosa. Así de acostumbrados estamos al complejo de inferioridad (muchos extranjeros se refieren a los mexicanos en una forma peyorativa, que expresa nuestra incapacidad para ser grandiosos: "mexicanitos").

¿Porqué esa incapacidad? Esa pregunta se puede responder de muchas maneras, pero una debemos hacernos ¿Que hacer para levantarnos, para contruir un país admirado y hasta añorado por otros? Muchas cosas, pero una es la principal: cambiar nosotros mismos.

Debemos preocuparnos de la política, pero no solo de ir a votar, sino también de informarnos de los asuntos del gobierno, de participar y exigir a los representantes populares y al gobierno mejor desempeño. Ser mas ecológicos (no tirar basura a la calle) y además de trabajar, tener la costumbre del ahorro. La religión es otra cosa que tiene que cambiar. La religión como tal no es la causante de nuestros males, pero la manera en como nos relacionamos con ella, sí. Estados Unidos, por ejemplo, es una nación profundamente religiosa (a diferencia de lo que aparentan algunas películas) tanto que incluso la palabra dios la llevan en billetes, pero los estadounidenses no acostumbran dejarle todo a dios. Quizá asistan a misa, y concurran a los templos para pedir a dios ayuda en un negocio, en los estudios y en otras cosas, pero no van para dejar todos los ahorros al clero como muestra de devoción, ni a pedirle a dios que les toque la fortuna y los saque de pobres. Se ocupan de los problemas para resolverlos, no para lamentarse ni para culpar a las pedigüeñas naciones del Tercer Mundo (como en cambio las naciones del Tercer Mundo si culpamos de nuestras desgracias al imperialismo y a la voracidad del Primer Mundo).

Todos tenemos una tarea por hacer para que surga ese México grandioso: los estudiantes, los empresarios, el gobierno, los sacerdotes, los trabajadores, los intelectuales, los ingenieros, los burócratas, los sindicatos, los profesores, los campesinos y en general, la nación de México en conjunto.

¿Cuando va a ocurrir el esperado cambio en las ataduras mentales que nos impiden progresar? No lo sabemos, pero tenemos que hacer algo para lograrlo. Solo cuando hagamos a un lado las costumbres y formas de actuar tradicionales que nos impiden progresar, lograremos ser un país grandioso, en el que podamos vivir y prosperar en todos los sentidos, no solo en lo material. Cuando logremos eso, dejaremos de ser una nación que exporte inmigrantes ilegales. Dejaremos de ser la causa de que se planeen contruir muros en el país vecino. Ese día seremos un país que creamos en nuestros prodigios en lugar de establecer como imposible que un mexicano sea el inventor de algo. Seremos un país cuya tecnología y talento sean admirados en el extranjero. Seremos una potencia en muchos sentidos, y un destino turístico que ofrezca destinos diversos: playas, montañas, desiertos, selvas, estepas, balnearios, ciudades modernas y tradicionales, pueblos hermosos, etcétera.

El día en que todo esto ocurra, dejarán de identificarnos con el típico campesino o indio miserable, vestido de huaraches y calzon de manta, que dormita bajo un nopal al asecho de un sol abrazador y una botella de sotol en las manos. Los extranjeros todos se referirán a nosotros como "mexicanos", y no de la manera peyorativa y despectiva de "mexicanitos". Pero sobre todo, podremos hablar de lo que Bernardo de Balbuena describía hace cuatro siglos para la Ciudad de México, pero esta vez aplicado a la nación y al país entero: la Grandeza mexicana.

martes, 10 de marzo de 2009

ADORACIÓN hacia la "izquierda" radical: de periodistas, artistas y escritores



En estas semanas y meses hemos presenciado el espectáculo de artistas, escritores y otras figuras importantes desfilando como admiradores de Fidel Castro, Hugo Chávez y otros populistas de la denominada " extrema izquierda".

Una de estas figuras ha sido la de Vinicio del Toro. El motivo de su visita a la isla de Cuba ha sido el reciente estreno de una película que protagoniza: Che, el argentino. Esta cinta aborda la historia del Che Guevara en tiempos de la revolución. Es otra cinta mas que viene a enzalzar la figura de un guerrillero que se volvió un mito en los cincuenta y sesenta. Un mito mas difícil de destruir que el de la figura de Fidel Castro.

Pues bien, Vinicio del Toro, un actor que ha triunfado en el cine de Holliwood, recientemente visitó Cuba, reuniéndose con los autócratas que tiranizan la isla, con motivo del festival de cine que el gobierno de la isla realiza. Pero no solo esa noticia tenemos de este actor que vive en un sistema capitalista del cual se beneficia, sino que hace cosa de varios días recibimos la noticia de que tanto el como Demián Bichir se reunieron con el dictador de venezuela, Hugo Chávez, siendo felicitados por el inquilino de Miraflores.

Estos casos nos llevan a preguntarnos algo muy importante, y que inquieta a los verdaderos partidarios de la democracia y la libertad: ¿Porqué esa adoración de parte de ciudadanos de países democráticos hacia los dictadores de "izquierda"? ¿Que es lo que lleva a algunas personas que en el pasado reprobaban a las detestables y crueles dictaduras de "derecha" a aplaudir a las de "izquierda"? (Esta pregunta es importante, toda vez que entre los dictadores de "izquierda" está Fidel Castro, el dictador mas represivo que ha existido en América Latina, el que ha suprimido la libertad a grados mayores que cualquier dictador calificado de "derecha").

Desde que la revolución cubana triunfó el 1 de enero de 1959, prometiendo el paraiso, la libertad, el retorno a la democracia y la legalidad proscrita desde el 10 de marzo de 1952 y elecciones libres en un plazo de "18 meses" (según Fidel Castro), muchos intelectuales, artistas y personas del espectáculo creyeron en la revolución de los barbudos y en el entonces mítico líder guerrillero Fidel, que parecía una especie de Robin Hood latinoamericano. Sin embargo, el embeleso por el líder triunfante que se hizo del poder se fue desgastando para algunas de estas personas, cuando la revolución cubana se transformó en un experimento "comunista" (en realidad, socialismo totalitario), y cuando el nuevo gobernante rebeló su vocación prosoviética y totalitaria.

Muchos fueron los sucesos que fueron desengañando a importantes figuras que habían creido en la revolución, y que los llevaron a romper con esta. Para algunas de estas personas, fueron las aprehensiones de disidentes políticos ocurridas entre mediados y finales de 1960. Para otras, fueron la confesión de Fidel Castro de diciembre de 1961, cuando se proclamó "marxista leninista". Para los mas optimistas y esperanzados que por lo mismo tardaron mas en romper con la revolución, como Mario Vargas Llosa y Octavio Paz, fue el proceso seguido a principios de 1971 contra Heberto Padilla, escritor que fue enjuiciado por criticar al régimen y obligado a realizar una autocrítica.

Sin embargo, Muchas de estas personalidades que habían apoyado a la revolución cubana desde el principio siguieron fieles a ella cuando ya nadie se podía llamar a engaño o esperanza, y cuando ya habían ocurrido sucesos importantes que marcaron la represión bajo el castrismo. Personas estas que criticaban a las dictaduras denominadas bajo el término de "ultraderecha", y que denunciaban la falta de libertad en esos regímenes. Personas que destacaban como portavoces de la libertad desde la musica, la academia, el periodismo, el cine y el arte en general.
Entre estas personas, está Gabriel García Márquez, notable y talentoso novelista, autor entre otras cosas de esa célebre novela llamada "cien años de soledad". Este escritor ha hablado de libertad en varios foros, se regocija del sueño de la libertad, e incluso pronunció una crítica feroz contra el dictador Antonio López de Santa Anna, antiguo gobernante y caudillo fatal de México, que le valió aplausos. Pero lo que nadie se explica es porqué la admiración que esta figura de la intelectualidad profesa hacia Fidel Castro y hacia los imitadores, los que han rebelado sus intenciones totalitarias, como Hugo Chávez, Evo Morales (de Bolivia) y Daniel Ortega Saavedra (de Nicaragua). Como señalara un crítico de Gabo respecto a uno de sus discursos de crítica a las dictaduras ¿donde está Fidel Castro, el mayor dictador de América?

Otro que va por el mismo camino de Gabo es el cantautor cubano Silvio Rodríguez. Este hombre generalmente habla de libertad en sus canciones, aquellas que lo han vuelto un símbolo de rebeldía (incluso compuso una canción dedicada a Richard Nixon, el presidente de Estados Unidos célebre por el Watergate y el apoyo al golpe militar de Chile de 1973). Pues bien, en una entrevista que le hace desde Miami el periodista y escritor peruano jaime Bayly, el cantautor cubano expresa que Fidel es "como su padre" y que el, que tiene "alma guajira" no critica a su padre (guajiro es un nombre que en las Antillas se les da a los campesinos). Ignoro si los campesinos tienen como tradición no criticar a sus padres, pero la entrevista deja ver la verdadera personalidad de ese famoso compositor: el de un hombre que tiene como ideal el sometimiento absoluto a la autoridad. Es una verdadera lástima que ese hombre no haya utilizado su talento para transmitirnos en sus canciones esa "alma guajira", y que en cambio les haya impreso un sello de libertad y rebeldía que no corresponde a su personalidad.

Entre los periodistas que apoyan a Fidel Castro y a la revolución cubana se encuentra el señor Juan Miguel de Mora. Este periodista que reside en México fue una de las plumas que criticó al régimen autoritario y corrupto que gobernó a México durante mas de 71 años. Escribió magníficos libros donde exponía la corrupción de ese régimen, y en donde analizaba el sistema de control autoritario de esa dictadura disfrazada de democracia. Sin embargo, inexplicablemente, este hombre apoya al régimen cubano, que ha suprimido la democracia y la libertad a grados mayores que el PRI. Porque no podemos negar que incluso en la epoca dorada del PRI (entre 1940 y 1973, cuando además de obtener para México un crecimiento económico que letargó la conciencia política del pueblo, tenía un control total de las elecciones y una predominancia considerable de los medios de información) el régimen priista era mas democrático que el de Cuba. No solo había libertad de transitar libremente por el territorio nacional, sino que había libertad de emigrar, hacer negocios y tener propiedades. Había mas libertad de expresión y mas espacios para ejercerla que en la Cuba castrista, e incluso había elecciones donde se permitía participar a la oposición, aunque eran fraudulentas cuando ganaba esta. La represión contra las manifestaciones era menos salvaje que en Cuba, y hasta se permitían triunfos a la oposición (algunas presidencias municipales, diputaciones locales y federales). Por esta razón resulta inexplicable que Juan Miguel de Mora, que escribió valientes críticas contra ese sistema autoritario de gobierno, apoye al régimen de Cuba, que mas que autoritario es totalitario.

En un artículo que envió contra los opositores al régimen cubano, ridiculiza al novelista peruano Mario Vargas Llosa y al historiador mexicano Enrique Krauze, afirmando que "dan lástima" (haciendo referencia a la oposición de estos notables intelectuales al régimen cubano). Lamentable papel el que hace este periodista, que después de años de criticar al régimen mexicano y a las dictaduras de "derecha" en América Latina apoye a la de Cuba, solo porque es enemiga del capitalismo y de Estados Unidos. Pero mas lamentable aun que en ese papel, descalifique a Mario Vargas Llosa y a Enrique Krauze, solo por ser críticos de la dictadura mas temible de América Latina: la de Fidel Castro, que suprimió totalmente la libertad.

En fin, podria abordar mas casos de personalidades famosas que apoyan a los tiranos de "izquierda", como el de los cineastas estadounidenses Michael Moore (experto en documentales) y Oliver Stone, uno de los directores mas famosos y prolíficos de Holliwood y autor del documental Comandante. Pero con estos basta para preguntarnos: ¿Porqué esa defensa a las tiranías populistas de parte de ciudadanos que viven en países democráticos, o por lo menos no dictatoriales? ¿Será vanidad revolucionaria? ¿Glamour revolucionario? O simplemente ¿Será dogmatismo y un deseo de ver cumplida la utopía de una revolución socialista que los lleva a cerrar los ojos ante la represión ideológica, ante el terror rojo, ante el ambiente de asfixia intelectual?

No lo sabemos bien a ciencia cierta. Pero cualquiera que sea la respuesta, es, insisto, verdaderamente lamentable esta defensa a las dictaduras que actualmente gobiernan en países de América Latina. Sobre todo viniendo de ciudadanos que en el pasado criticaron a las dictaduras militares que asolaron a América Latina con el pretexto del comunismo, y que hoy deberían de servir de autoridad moral para restar apoyos populares a las actuales autocracias, que se valen del populismo y de la invención de "complots imperialistas" para explicar los fracasos de sus gobiernos en diversas áreas y justificar la falta de democracia en sus países.











viernes, 6 de marzo de 2009

TIEMPOS actuales ¿fin del capitalismo librecambista?



Escribir estas líneas lleva a reflexionar en torno a los tiempos actuales y a la economía.

El tiempo que vivimos es de crisis económica. Una crisis mundial que azota a todos los pueblos. Una crisis económica que de una u otra manera, impacta en el mundo entero, debido a las constantes caídas de las bolsas financieras, al cierre de negocios, a la pérdida de hogares, a la falta de inversiones; en fin, a muchos otras consecuencias.

Este tema (la crisis mundial y su impacto) viene a cuento debido a las afirmaciones que constantemente vienen escuchándose de boca de muchísimas personas (estudiantes, intelectuales, periodistas, políticos, comentaristas, etcétera). Una de estas afirmaciones es esta idea de que el capitalismo librecambista finalmente ha fracasado, y que debemos buscar un sistema mejor (que se sería, según estas personas, un sistema proteccionista y estatizante). Otra afirmación, no menos temeraria, es la idea de que Estados Unidos ha iniciado su fase de decadencia, o mejor explicado, que el estilo de vida que "nos promueve Holliwood" ha iniciado su fase final. Muchos economistas incluso ya predicen que China desplazará a Estados Unidos como potencia dominante.

Cuando la crisis económica recién comenzó, una gobernante populista, de nombre Cristina Kirchner (presidenta de Argentina) afirmó que el estilo de vida estadounidense ha caído en desprestigio. No lo dijo con esas palabras, pero lo dio a entender. Otro populista, el dictador pintoresco Hugo Chávez Frías (de Venezuela) afirmó que "el capitalismo hay que enterrarlo". Afirmaciones parecidas han hecho circular otros mandatarios de la línea neosocialista (para distinguirlos de los antiguos socialistas de los tiempos del muro de Berlín). También otros líderes políticos, sindicales y de opinión expresan análogas declaraciones.

Estas declaraciones las podemos ver en personas de la calle. Muchos trabajadores creen esas patrañas y falacias. Lo mismo muchos estudiantes y profesores.

¿Es verdad que el capitalismo de libre mercado ha fracasado y llegado al principio del fin? ¿China será la gran potencia a donde se dirigan los trabajadores del primer mundo? Así parecen creerlo muchos. Y digo "parecen", porque muchos como los dictadores populistas y antiestadounidenses, mas sus acólitos y seguidores de la intelectualidad y el periodismo, lejos de afirmar esas mentiras porque de verdad se las crean, es en el fondo un deseo. Un deseo oculto, pero que se puede percibir en la alegría que instintivamente reflejan cuando hacen esas afirmaciones. Un deseo que ocultan a las masas, como Chávez, que afirmó no querer que eso ocurra (la decadencia de Estados Unidos) pero que según el, los venezolanos tendrían que prepararse para recibir a los inmigrantes (el muy tonto cree que los estadounidenses van a cambiar la crisis económica de su país por la miseria de Venezuela, agravada ahora por la crisis económica y de los precios del petróleo, elemento primario del que depende en su mayor parte las divisas de su país).

Estados Unidos y el mundo entero (incluso los de economía estatista, como Venezuela) están pasando- es verdad- por una crisis económica originada desde Estados Unidos. Sin embargo, esta crisis económica dista mucho de ser lo que los antiestadounidenses y los enemigos del libre cambio desean: el fin del capitalismo liberal, al que han satanizado despectivamente con el nombre de "neoliberalismo", o "capitalismo salvaje". Ciertamente, la crisis económica actual pone sobre la mesa una cuestión: el error en el que cayeron muchos economistas y creyentes del capitalismo liberal de creer que el sistema de libre mercado era la panacea (es decir, de que teniendo capitalismo de libre mercado era suficiente para superar las crisis económicas). Un error que hoy se rebela.

Por supuesto, el capitalismo de libre mercado es la principal herramienta para el progreso económico y social, ya que un sistema estatista o de control total de los medios de producción por parte del Estado no hace mas que matar la libre iniciativa de los individuos, convirtiéndolos en robots que solo esperan instrucciones de los burócratas que dirigen las fábricas, mercados, bancos, tierras, etcétera. Sin embargo, para que haya progreso, se requiere algo mas: medidas de beneficiencia social o asistencial (que todos los países de primer mundo tienen), y una política macroeconómica de finanzas públicas sanas. Esta última condición no la cumplió el gobierno de George W. Bush. Durante su gobierno, Estados Unidos apoyó mas de lo necesario con dinero público a las tropas militares estacionadas en Irak y Afganistán. Estos gastos excesivos e innecesarios provocaron grandes déficits, y combinados con otros gastos excesivos de los que la prensa de economía ha hablado, provocaron un caldo de cultivo que fue gestando la crisis económica de Estados Unidos y por ende, del mundo entero (que depende, les guste o no a los Chávez y Castro, del coloso americano).

Es esto lo que ha provocado la crisis y el fin de la bonanza económica que el gobierno de Bill Clinton le dejó en herencia a Bush. No el capitalismo liberal. El solo hecho de que los países que viven en capitalismo liberal tengan etapas de prosperidad y bonanza económica demuestra que es el manejo de las finanzas lo que hace la diferencia, no el estatismo o el socialismo que pregonan los populistas.

Además, como señala en una columna del periódico estadounidense "The New Herald" el excelente periodista argentino nacionalizado estadounidense Andrés Oppenheimer, no se ha visto que la crisis económica de Estados Unidos esté dezatando una ola de inmigrantes de Estados Unidos y los países de primer mundo a Venezuela, Argentina, África y otros países pobres de economía cerrada, o recientmente liberada. Como si ocurrió, en cambio, olas de inmigrantes de los países de la Europa secuestrada a Occidente, cuando el sistema político de socialismo totalitario cayó, abriendo las puertas de la libertad de emigrar a todas las personas que retuvieron mediante el terror, la amenaza de detención, mallas, púas y muros. Ese dato sirve para confirmar que la economía en esos países siempre fue decadente, y que tuvo que llegar la caída de esos sistemas dictatoriales y un debilitamiento de las autoridades para que los europeos del bloque "comunista" escaparan de la postración económica, del terror ideológico y del aislamiento.

Por otro lado, la crisis económica actual es pasajera. Será terrible y difícil de despejar (como todos los problemas que en algún momento resienten las naciones) pero pasará, sin necesidad de que la libertad económica retroceda. Y esto por una razón: a diferencia de los sistemas de economía cerrada, en Estados Unidos y el mundo libre son los ciudadanos los que levantan la economía. El gobierno deberá hacer su parte, que es corregir el mal manejo de las finanzas (lo que tarde o temprano hará Barack Obama, el nuevo presidente de Estados Unidos) pero corresponderá a los ciudadanos (trabajadores, empresarios, sociedad civil, estudiantes, profesionistas, etcétera) los que harán la tarea de levantar a sus países (no solo a Estados Unidos, sino a los demás países del primer mundo y a los países pobres que liberalizen su economía). Por mas que muchos pronostiquen lo contrario, y contra los deseos de otros, Estados Unidos seguirá siendo la potencia económica por excelencia, incluso por arriba de China.

Que bueno que se hable de la crisis y se cuestionen los mitos, pero dejemos a un lado la fantasía: la de que el capitalismo liberal ha llegado a su fin, y la de que Venezuela y los países de economía cerrada deberán prepararse para recibir a los inmigrantes. Eso solo es populismo- ficción, un sueño que desearía Chávez y que nunca verá. Ni viviendo mil años.

jueves, 5 de marzo de 2009

VAMONOS con Pancho Villa, una joya del cine mexicano



Saludos:

Esta columna está dedicada a una producción cinematográfica ya muy vieja, pero que sigue cautivando a muchos cinéfilos (como al que esto escribe).

Sucede que hace unos meses, en noviembre (creo que fue el día 20, pero no estoy seguro), tuve la oportunidad de disfrutar de la exhibición de una excelente producción cinematográfica de México. Una de las mejores películas del cine mexicano, no importa que no tenga efectos especiales. Una película que sin tratar de violencia juvenil, ni tocar temas de sexo (tan comunes hoy en día), e incluso una película de una historia sencilla y sin cosas fantásticas, divierte y cautiva a quien tiene la oportunidad de verla: esta película se llama "Vámonos con Pancho Villa".

Esta producción se filmó en el año 1935, doce años depués del asesinato del denominado Centauro del norte: Francisco (Pancho) Villa. Se estrenó el 31 de diciembre de 1936, y solo duró una semana en exhibición. Esta película tuvo problemas para estrenarse, ya que las autoridades de ese entonces intervinieron para que no tuviera reconocimientos.

¿De que trata esta genial joya de la cinematografía? Pues de la revolución en el norte, teniendo como protagonista a Pancho Villa. La película parte de una novela que lleva el mismo nombre.

Esta producción de Clasa Films estuvo a cargo de Fernando de Fuentes, un director que en la revolución simpatizó con el bando de Venustiano Carranza.

La cinta aborda la historia de un grupo de campesinos de un pueblo llamado "San Pablo". Estos deciden, ante las injusticias que ven a su alrededor, unirse a las fuerzas revolucionarias de Pancho Villa (excelentemente interpretado por Domingo Soler). El grupo de campesinos es bautizado como "los leones de San Pablo" en honor a su bravura y valentía en el combate, y en alusión al pueblo de donde proceden. Este grupo de simpáticos y carismáticos campesinos es reducido al transcurrir la historia (van muriendo en combate, excepto el panzón, quien se da un balazo en una cantina muriendo "como valiente"). Al final, solo quedan dos: Tiburcio Maya y el joven bautizado por Villa como "becerrillo". Pero al trasladarse a Zacatecas, una epidemia de viruela se desata entre las tropas, y Becerrillo cae enfermo. Villa le ordena a Tiburcio matar al Becerrillo quemándolo, sin importar que este vivo o muerto. Tiburcio, horrorizado, mata de un balazo a Becerrillo y abandona la revolución, desencantado con la crueldad con la que se conducen las fuerzas revolucionarias. La película tiene un final inesperado, el cual se mutiló durante años (fue rescatado por estudiantes en los años setenta, y gracias a ello podemos disfrutar ese final).

Pero ¿Porqué molestó la película al gobierno de ese entonces? Pues porque la película muestra el lado oscuro y negativo de ese movimiento que todos los 20 de noviembre festejamos folklóricamente, ese movimiento que hizo posible la llegada al poder de la primera generación de priistas. Los mismos que llegaron al poder tras el final de la revolución, eran los que gobernaban en 1935 (cuando se filmó la película) y en 1936 (cuando se exhibió). Ese gobierno que se calificaba como "emanado de la revolución", ese mismo gobierno que en cuanto a libertad de expresión actuaba de manera similar al porfirismo, era el gobierno al que incomodó la cinta. Y esto a pesar de que la película muestra el lado oscuro y cruel de un personaje que en vida fue combatido por los que triunfaron en la revolución (no olvidemos que muchos de los primeros priistas eran carrancistas cuando la revolución enfrentó a los "constitucionalistas" contra los "convencionistas"). Sin embargo, Villa ya había sido elevado a la categoría de héroe nacional por esa clase gobernante surgida de la revolución.

Esta película tiene un valor histórico invaluable. A diferencia de las cintas de Pedro Armendáriz, María Félix e Ismael Rodríguez (que nos mostraban la revolución como una lucha violenta pero a pesar de todo mas bien romántica, en donde los revolucionarios eran casi santos y los contrarrevolucionarios casi diablos) la cinta de Fernando de Fuentes nos habla de lo que fue verdaderamente la revolución: una lucha de crueldades de ambos bandos, enfermedades y hambrunas. El final inesperado y censurado en su momento es sobrecogedor: Villa llega al pueblo donde vive el último de los "leones de San Pablo". Este está arrepentido de haber abandonado la revolución, e ilusionado con volver a creer en Villa y el movimiento, acepta la invitación que Villa le hace de viva voz para unírsele de nuevo. Pero su hijo (un niño que está a su lado) le recuerda las penalidades que vivirían el, su hermana y su madre si los dejara. Ante las muecas de titubeo y preocupación de Tiburcio Maya, Villa se hace invitar al interior de la casa de su exsubordinado. Cuando este sale de la casa para atender un asunto, Villa mata a la esposa y a su hija. Encolerizado por el dolor que la temible acción de Villa le provoca, Tiburcio saca la pistola para vengarse, pero uno de los acompañantes del caudillo evita el desquite, sacando la pistola y disparando sobre el último de los leones de San Pablo. El niño se queda como el último sobreviviente de la familia, y ante la congoja de haberse quedado solo, Villa le invita a unirse a la revolución. El acepta encantado.

Este final muestra la verdadera personalidad de Pancho Villa. En el norte de México, entre las personas de mas edad, aun se pueden encontrar recuerdos de esa crueldad, que fue ocultada por la historia oficial y por el cine mexicano. Pero también muestra un aspecto de la historia de America Latina: la fascinación de los hombres por el caudillo, esos hombres providenciales que eran elevados por las multitudes como héroes de los pueblos. A pesar de haber matado a su familia, el niño se ilusiona con quien ya para entonces era un símbolo de la guerra, la revolución y las causas sociales en gran parte del norte de México: Francisco Villa (o Pancho Villa, para decirlo de una manera mas popular).

Excelente película esta. Una cinta que deberíamos rescatar como ejemplo de cinematografía. Una cinta que sin lugar a dudas, es ya un símbolo del cine mexicano y que trasciende el tiempo en que fue filmada, cuando las metrallas de la revolución aun estaban en el recuerdo de los jóvenes.

miércoles, 4 de marzo de 2009

EXPRESIONES y pensamientos






Hola querido lector:

Al momento de escribir y editar estas líneas, trascurre el mes de la llegada de la primavera: marzo.

Marzo, un mes espléndido para muchas cosas, y a la vez, un mes en el que los vientos predominan tanto como los días frescos sin aire (por lo menos en el estado de Chihuahua, mi estado natal, el estado de México donde resido).

Pero, ¿que me lleva a esta reflexión? ¿Acaso es mi gusto por la meteorología? ¿O acaso es el hecho de que desde marzo comienza la etapa que mas me gusta del año (la primavera y el verano)? Quizá sean ambas cosas.

Esta etapa actual (2009) es una etapa de muchas reflexiones similares. Reflexiones las ha habido siempre, es innato en el ser humano, pero acaso las reflexiones han sido diferentes.

Yo en lo personal, tengo muchas reflexiones. Unas en torno al tiempo y al impacto de la historia en la humanidad en general, y en los países y regiones en lo particular. Pero ¿Porqué estas reflexiones como las favoritas? Por una razón. Quizá alla otras razones, pero una se me viene a la mente en este instante: mi gusto personal por un aspecto que todas las civilizaciones y culturas de todos los tiempos tienen como preocupación, un aspecto de análisis de la humanidad que apenas en el racionalismo fue establecida como ciencia: la historia.

Por supuesto, la historia no es lo único que me interesa. Ligada a la historia está la antropología (yo he estudiado ambas carreras). También, la filosofía, el arte, la literatura, la leyenda, el mito, el cuento, la política, la sociología, la economía, el derecho, las ciencias naturales, la paleontología, la arqueología, etcétera.

Y es importante reflexionar en torno al tiempo y en torno a la historia, sobre todo por lo que actualmente ocurre: en este mundo donde soldados del imperio son trasladados a Oriente Medio, en este mundo de crisis económica y del cuestionamiento del neoliberalismo como panacea (como lo único que se necesitaba para superar las crisis), en este mundo donde el populismo nacionalista y estatista se impone como amenaza, es en este mundo donde la historia debe ser preocupación de la humanidad.

Pero ¿Será esto lo único que me mueve a reflexionar en torno a la historia? No. También gusto y pasión personal. Me gusta mucho lo relacionado con el tiempo. Todo lo que versa en torno al tiempo. No por nada, mi pasión por el cine del tiempo me fascina: cazador de dinosaurios, volver al futuro (de tres partes), Odisea en el espacio 2001, etcétera. Me fascina, en lo particular, todo lo que hable de viajar al tiempo, modificarlo (para bien o para mal). Porque ¿Nos hemos puesto a pensar que quizá cambiando un suceso mínimo podriamos cambiar la historia?

Además, las demas ciencias humanistas se entinden a partir del tiempo y la historia. La geografía (una área del conocimiento que también me fascina) no se escapa a esta cuestión: el tiempo, la historia, el impacto de ambos aspectos: la historia y el tiempo.

También, aprovecho las líneas para compartir mi fascinación por lo literario, lo fantástico y lo relacionado con la ciencia ficción. También por los relatos (cuentos, novelas, leyendas o mitos) de aventuras. El principito es por eso una novela de las que mas me fascinan. También las novelas de Julio Verne, así como "Mundo perdido" (publicada en 1912 y escrita por Athur Conan Doyle). Todos tenemos sueños, y quizá esto explique la fascinación de la humanidad por el cuento, la novela, el cine, etcétera. Navegar por un oceano, es una aventura a la que aspiro. Estar en un barco, en un atardecer, con cielo claro o nubes borrosas, es algo que tengo como ilusión y posible aspiración. Viajar por los oceanos, por la montaña o por lugares exóticos y distintos entre sí. Viajar solo, o acompañado de amigos, de parientes o de una mujer, en fin. Pero ante todo, viajar por la inmensidad del oceano y las nubes.

Reflexionar e imaginar. Eso es lo que impulsa a la humanidad a evolucionar.