lunes, 28 de septiembre de 2009

FABULA interesante




Alguna vez, checando mi correo, encontré un e-mail que trataba acerca de una fábula, una fábula hecha con animales, pero que expresaba dos situaciones reales respecto a la desigualdad, la injusticia y otras cosas: un ejemplo era dedicado a los países desarrollados, y la otra a los países pobres en donde el populismo y la demagogia son utilizados para satanizar al rico o al que progresa. Una fábula que explica la costumbre de muchos de vivir del gobierno (sería injusto decir que todos los pobres lo son por eso, pero está claro que muchas veces no se sale adelante por pereza y falta de ahorro). Esta fábula se llama de la siguiente manera: fábula de la hormiga y la cigarra. Me he tomado la libertad de cambiarle algunas cosas para detallar más. Dice así:

Versión clásica:

- La hormiga trabaja a brazo partido todo el verano bajo un calor aplastante. Construye su casa y se aprovisiona de víveres para el invierno.
- La cigarra piensa que la hormiga es tonta y se pasa el verano riéndose de ella. Además, gasta su tiempo de trabajo y sus medios en bailar y jugar.
- Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su cómoda, confortable y térmica casa a disfrutar de la vida. Además, tiene suficiente alimento y vino para beber. Eso le dura hasta la primavera.
- La cigarra, tiritando de frío, pide ayuda como mendiga. No tiene que comer, sin embargo, la hormiga paga impuestos con los que la cigarra termina ayudada por el gobierno en casas de asistencia (que ni de lejos se comparan a la de la hormiga, pero que tiene lo indispensable para sobrevivir). La hormiga, además, hace ayuda filantrópica para que la cigarra disponga de más comodidades y hagan su situación más favorable.
- La hormiga se gana, así, el aprecio de la comunidad porque vive de su trabajo y esfuerzo, y socorre a los demás.

Versión mexicana:

La hormiga trabaja a brazo partido todo el verano bajo un calor aplastante. Construye su casa y se aprovisiona de víveres para el invierno.

La cigarra piensa que la hormiga es tonta y se pasa el verano riéndose de ella. Además, gasta su tiempo de trabajo y sus medios en bailar y jugar.

Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su cómoda, confortable y térmica casa a disfrutar de la vida. Además, tiene suficiente alimento y vino para beber. Eso le dura hasta la primavera.

Pero antes de que la hormiga preste ayuda a través de la filantropía, y antes de que los impuestos de la hormiga los utilicen en socorrer a la pobre cigarra, ella organiza una rueda de prensa en donde un programa de televisión en vivo la presenta pasando fríos y hambres (entre otras calamidades). Se muestran, además, extractos falsos de la hormiga disfrutando de lo que le “roba” a la pobre cigarra (alimento, vino y comodidad).

Todo el mundo se sorprende de que la hormiga viva en abundancia y la cigarra en la pobreza (y esto en un país con muchos recursos naturales). La hormiga, tachada de “riquilla”, es objeto de las peores críticas. Se le acusa hasta de prepotente, influyente y explotadora. Bueno, ya en el colmo, hasta se le acusa de vivir así por tener un amigo en el gobierno, o una amante generosa.

Las asociaciones contra la pobreza, la APPO, la Sección 22 y la Comisión de Derechos Humanos se manifiestan delante de la casa de la hormiga y hasta la pintarrajean. Si la hormiga se defiende (o mejor dicho, trata de hacerlo) es acusada de utilizar la fuerza y la represión contra el pueblo.

Los medios de información escriben artículos, publican noticias, las pasan de viva voz y hasta analizan cada detalle de cómo la hormiga se ha enriquecido “sangrando a la pobre cigarra”. Instan al público a opinar en sus encuestas telefónicas y online, a través de una mañosa pregunta: ¿son partidarios de la igualdad o de la discriminación?

Respondiendo a la pregunta, el público se pronuncia por una ley sobre la igualdad y la no discriminación. También, se propone hacer una revolución contra la hormiga. Algunos, hasta proponen lincharla y castigarla con la “justicia popular”.

Los políticos, declarándose amigos de la justicia revolucionaria y de los más necesitados, proponen medidas para golpear el poder económico de la hormiga. Los impuestos a la hormiga son aumentados a más no poder, y hasta se le culpa por no hacerse cargo de la cigarra.

La hormiga, desesperada, trata de defender su causa, pero todo lo que dice es interpretado como arrogancia. En el río revuelto de calumnias, hasta se inventan cosas como de que la hormiga dejaba encerrada y sin comer a la cigarra. Decepcionada, empaca sus cosas para irse a un país donde su esfuerzo sea reconocido. Abandona su casa junto al vino y la comida (y todos los muebles de lujo que hay allí).

Al principio, la antigua casona de la hormiga se convierte en una casa de asistencia social para cigarras y pobres en general. Los alimentos y las medicinas se surten de una tienda del gobierno en donde siempre hay largas colas y un burócrata tomando y comiendo mientras ve el televisor y hace como que trabaja. La cigarra muere, con el tiempo, de sobredosis, de llevar una vida de holganza, borracheras en la antigua habitación de la hormiga y hasta de cierta desesperación por el burocratismo que reina en las propiedades de su rival la hormiga.

Con el tiempo también, ya nadie trabaja para salir adelante, el sistema social no se da abasto ante tanta demanda de mantenidos. La antigua casa de la hormiga deja de ser albergue, y en cambio se convierte en una casa de burócratas, en donde todos beben y comen lo que en el pasado dejó la hormiga. Disfrutan el lujoso comedor que perteneciera a esa trabajadora y emprendedora hormiga.

lunes, 21 de septiembre de 2009

VIOLENCIA & paz social ¿Ciclos?







· Nueva España, 1810

Al comenzar el siglo XIX, la antigua posesión española llamado “Reino de Nueva España” vivía una etapa de tranquilidad política, social y religiosa. A pesar de algunos hechos de violencia individuales, de esporádicas rebeliones y algunos conflictos, la paz se sentía en todo el reino colonial, incluso en el norte, donde las guerras indias habían finalizado casi a principios de la última década del siglo que terminaba.

Al comenzar ese siglo, la vida trascurría, como ya he mencionado, en santa paz. Y sin embargo, en la primera década del siglo que empezaba, se gestarían los detonantes para que estallara una rebelión, que traería de vuelta los tiempos violentos del inicio de la Colonia. Por una parte, la revolución francesa derivó en una dictadura imperial en manos de Napoleón Bonaparte, que tenía ambiciones de conquista en el continente. Esta situación vuelve conflictivo el panorama europeo, y las guerras no se hacen esperar. Como consecuencia de la invasión de España por parte de la Francia napoleónica, la autoridad central se debilita, y este proceso origina movimientos y conspiraciones independentistas en las colonias españolas de América (Nueva España incluida).

Por otra parte, el descontento social de criollos, indios, negros y castas se torna evidente. Esto, unido a las consecuencias del exterior, provocaron en Nueva España y en los demás reinos coloniales hispanos cruentas y sanguinarias rebeliones de independencia. La santa paz de la que disfrutaba la colonia se ve interrumpida, y una guerra cruel y sin cuartel se abate sobre la posesión española. Como consecuencia de esta rebelión, y de sucesos políticos en la metrópoli, la Nueva España se independiza el 27 de septiembre de 1821, pero la paz, lejos de llegar, continúa durante casi medio siglo después. Rebeliones, golpes de Estado, invasiones extranjeras e inestabilidad social y política, hacen de la vida del antiguo reino novohispano (ahora conocido como México) un constante sobresalto en cuestiones de medicina (epidemias y hambrunas provocadas por las guerras), de seguridad (bandidos en los caminos) y un constante estado de postración económica. La violencia que viene durante casi cincuenta años en la nueva nación independiente, es consecuencia del reacomodo de fuerzas de instituciones, grupos sociales y hasta grupos étnicos (en el norte, sobre todo en los estados de Chihuahua, Sonora, Coahuila y Durango se reinicia la guerra apache).

Esta situación continúa hasta que en 1876 llega al poder un dictador con suficiente talento de estadista y dosis de fuerza para negociar el reparto de los puestos públicos e imponer el orden: Porfirio Díaz. Se acaba un ciclo de violencia precedido por un estado de santa paz.

· México, 1910

En 1910, durante las celebraciones del centenario del inicio de la lucha por la independencia, México tenía casi treinta años de paz social, política y religiosa, a pesar de algunas rebeliones armadas en el campo (Tomochi, Yucatán y Sonora).

La paz, como expresó en un artículo el historiador Enrique Krauze, “se palpaba en los caminos, libres de bandidos buenos y salteadores malos”. El progreso económico era constante, notable y palpable. La infraestructura material del país fue exponencial durante esas treinta décadas.
Sin embargo, en el mismo año en que se celebraba el centenario de la independencia, estalló una rebelión en el pueblo de Cuchillo Parado, Chihuahua, en respuesta al Plan de San Luis Potosí del ex candidato Francisco I. Madero. El desgaste del grupo gobernante, y las divisiones en el seno de este, hacen que los factores de poder se debiliten, dando como resultado la expansión del maderismo. Rápidamente, la violencia se extendió por todo el país. Se acabaron las treinta décadas de paz social, y comenzó una era de destrucción material, muerte y epidemias. Esa fase, conocida como la revolución mexicana, que concluyó el 28 de julio de 1920 con el triunfo definitivo del régimen de la revolución, es la etapa más sangrienta desde que se acabó la etapa porfirista de paz y gobernabilidad. Sin embargo, el fin de la revolución no concluyó en otro ciclo de paz. Tres años después, estalló la rebelión delahuertista, y en 1926, estalla la rebelión cristera, que sembró la muerte y la destrucción durante tres años. Después vendrían la rebelión de la Empacadora, la vasconcelista y la cedillista. Sin embargo, al comenzar los años cuarenta, terminaría ese largo ciclo de violencia, y otra etapa de paz social y gobernabilidad tendría lugar.

· México, 2010
Desde los años cuarenta hasta los ochentas, México disfruta un período de paz social, tranquilidad política y gobernabilidad. El crimen está controlado y no existen grandes problemas de delincuencia (la delincuencia organizada no tenía tanto poder, y estaba controlada mediante la tolerancia y complicidad de la policía y de importantes miembros del grupo gobernante). El progreso económico fue constante durante la mayor parte de esa etapa de paz social (excepto en los años setentas).

Y sin embargo, esta paz social se terminaría en los ochentas. El crecimiento exponencial de las ciudades, la enorme corrupción en la policía y la crisis económica provocan un estallido de delincuencia en las ciudades que aun no termina. Si bien la crisis económica termina en los noventas, ya para entonces, el debilitamiento del régimen mexicano y el reacomodo de fuerzas hacen que la violencia en las calles perdure. El resquebrajamiento del sistema trae como consecuencia la violencia en las filas del partido oficial, y el narcotráfico se convierte en un poder autónomo, capaz incluso de desestabilizar la gobernabilidad del país. La ofensiva del gobierno de Calderón contra el narcotráfico solo evidencia lo evidente: el reacomodo de fuerzas tras la caída y crisis de un sistema generan ingobernabilidad social, y esto, como en las centurias anteriores, trae violencia, que solo termina cuando se encuentran otros factores de control y de reacomodo social, políticos y en algunos casos, hasta religioso. En el caso actual ¿Hasta cuándo acabará este estado de violencia general? ¿Qué factores de reacomodo se lograrán para acabar con esta violencia que ahora azota a México?

· Ciclos y teoría del péndulo

La teoría del péndulo, según la cual a una situación continúa otra y viceversa, es manejada constantemente por pensadores para explicar los ciclos cambiantes de un país, una época, etcétera. Por ejemplo, hay quienes afirman que a una generación conservadora, continúa una rebelde, y viceversa. A un gobierno conservador y de “derecha”, continúa otro de tendencias progresistas y de “izquierda”, y viceversa.

Es posible que esta teoría no sea exacta, pero es común que muchos la utilicen, y a veces esa teoría se aplica en determinados momentos de la historia. En el caso de la historia de México, y en el de todos los países, si ocurre esto en cuanto a la violencia y gobernabilidad. Sin embargo, ¿estaremos destinados a padecer ciclos de violencia después de disfrutar de ciclos de paz social?

Quizá en el futuro se logre una situación de paz que se mantenga de manera permanente, pero es claro que por hoy, México está repitiendo el libreto de 1810 y 1910. Si bien los motivos de violencia son otros, de otra naturaleza y otros factores (en la Nueva España de 1810, la violencia tuvo como causas el debilitamiento y descrédito de la Corona Española, la religión y cierto descontento social; en 1910, el desgaste del grupo gobernante y el descontento social y político; por último, en 2010, la violencia tiene que ver con el aumento de la delincuencia en las calles, el poder del crimen organizado, el resquebrajamiento del sistema político tras la democratización y factores de corrupción).