lunes, 21 de septiembre de 2009

VIOLENCIA & paz social ¿Ciclos?







· Nueva España, 1810

Al comenzar el siglo XIX, la antigua posesión española llamado “Reino de Nueva España” vivía una etapa de tranquilidad política, social y religiosa. A pesar de algunos hechos de violencia individuales, de esporádicas rebeliones y algunos conflictos, la paz se sentía en todo el reino colonial, incluso en el norte, donde las guerras indias habían finalizado casi a principios de la última década del siglo que terminaba.

Al comenzar ese siglo, la vida trascurría, como ya he mencionado, en santa paz. Y sin embargo, en la primera década del siglo que empezaba, se gestarían los detonantes para que estallara una rebelión, que traería de vuelta los tiempos violentos del inicio de la Colonia. Por una parte, la revolución francesa derivó en una dictadura imperial en manos de Napoleón Bonaparte, que tenía ambiciones de conquista en el continente. Esta situación vuelve conflictivo el panorama europeo, y las guerras no se hacen esperar. Como consecuencia de la invasión de España por parte de la Francia napoleónica, la autoridad central se debilita, y este proceso origina movimientos y conspiraciones independentistas en las colonias españolas de América (Nueva España incluida).

Por otra parte, el descontento social de criollos, indios, negros y castas se torna evidente. Esto, unido a las consecuencias del exterior, provocaron en Nueva España y en los demás reinos coloniales hispanos cruentas y sanguinarias rebeliones de independencia. La santa paz de la que disfrutaba la colonia se ve interrumpida, y una guerra cruel y sin cuartel se abate sobre la posesión española. Como consecuencia de esta rebelión, y de sucesos políticos en la metrópoli, la Nueva España se independiza el 27 de septiembre de 1821, pero la paz, lejos de llegar, continúa durante casi medio siglo después. Rebeliones, golpes de Estado, invasiones extranjeras e inestabilidad social y política, hacen de la vida del antiguo reino novohispano (ahora conocido como México) un constante sobresalto en cuestiones de medicina (epidemias y hambrunas provocadas por las guerras), de seguridad (bandidos en los caminos) y un constante estado de postración económica. La violencia que viene durante casi cincuenta años en la nueva nación independiente, es consecuencia del reacomodo de fuerzas de instituciones, grupos sociales y hasta grupos étnicos (en el norte, sobre todo en los estados de Chihuahua, Sonora, Coahuila y Durango se reinicia la guerra apache).

Esta situación continúa hasta que en 1876 llega al poder un dictador con suficiente talento de estadista y dosis de fuerza para negociar el reparto de los puestos públicos e imponer el orden: Porfirio Díaz. Se acaba un ciclo de violencia precedido por un estado de santa paz.

· México, 1910

En 1910, durante las celebraciones del centenario del inicio de la lucha por la independencia, México tenía casi treinta años de paz social, política y religiosa, a pesar de algunas rebeliones armadas en el campo (Tomochi, Yucatán y Sonora).

La paz, como expresó en un artículo el historiador Enrique Krauze, “se palpaba en los caminos, libres de bandidos buenos y salteadores malos”. El progreso económico era constante, notable y palpable. La infraestructura material del país fue exponencial durante esas treinta décadas.
Sin embargo, en el mismo año en que se celebraba el centenario de la independencia, estalló una rebelión en el pueblo de Cuchillo Parado, Chihuahua, en respuesta al Plan de San Luis Potosí del ex candidato Francisco I. Madero. El desgaste del grupo gobernante, y las divisiones en el seno de este, hacen que los factores de poder se debiliten, dando como resultado la expansión del maderismo. Rápidamente, la violencia se extendió por todo el país. Se acabaron las treinta décadas de paz social, y comenzó una era de destrucción material, muerte y epidemias. Esa fase, conocida como la revolución mexicana, que concluyó el 28 de julio de 1920 con el triunfo definitivo del régimen de la revolución, es la etapa más sangrienta desde que se acabó la etapa porfirista de paz y gobernabilidad. Sin embargo, el fin de la revolución no concluyó en otro ciclo de paz. Tres años después, estalló la rebelión delahuertista, y en 1926, estalla la rebelión cristera, que sembró la muerte y la destrucción durante tres años. Después vendrían la rebelión de la Empacadora, la vasconcelista y la cedillista. Sin embargo, al comenzar los años cuarenta, terminaría ese largo ciclo de violencia, y otra etapa de paz social y gobernabilidad tendría lugar.

· México, 2010
Desde los años cuarenta hasta los ochentas, México disfruta un período de paz social, tranquilidad política y gobernabilidad. El crimen está controlado y no existen grandes problemas de delincuencia (la delincuencia organizada no tenía tanto poder, y estaba controlada mediante la tolerancia y complicidad de la policía y de importantes miembros del grupo gobernante). El progreso económico fue constante durante la mayor parte de esa etapa de paz social (excepto en los años setentas).

Y sin embargo, esta paz social se terminaría en los ochentas. El crecimiento exponencial de las ciudades, la enorme corrupción en la policía y la crisis económica provocan un estallido de delincuencia en las ciudades que aun no termina. Si bien la crisis económica termina en los noventas, ya para entonces, el debilitamiento del régimen mexicano y el reacomodo de fuerzas hacen que la violencia en las calles perdure. El resquebrajamiento del sistema trae como consecuencia la violencia en las filas del partido oficial, y el narcotráfico se convierte en un poder autónomo, capaz incluso de desestabilizar la gobernabilidad del país. La ofensiva del gobierno de Calderón contra el narcotráfico solo evidencia lo evidente: el reacomodo de fuerzas tras la caída y crisis de un sistema generan ingobernabilidad social, y esto, como en las centurias anteriores, trae violencia, que solo termina cuando se encuentran otros factores de control y de reacomodo social, políticos y en algunos casos, hasta religioso. En el caso actual ¿Hasta cuándo acabará este estado de violencia general? ¿Qué factores de reacomodo se lograrán para acabar con esta violencia que ahora azota a México?

· Ciclos y teoría del péndulo

La teoría del péndulo, según la cual a una situación continúa otra y viceversa, es manejada constantemente por pensadores para explicar los ciclos cambiantes de un país, una época, etcétera. Por ejemplo, hay quienes afirman que a una generación conservadora, continúa una rebelde, y viceversa. A un gobierno conservador y de “derecha”, continúa otro de tendencias progresistas y de “izquierda”, y viceversa.

Es posible que esta teoría no sea exacta, pero es común que muchos la utilicen, y a veces esa teoría se aplica en determinados momentos de la historia. En el caso de la historia de México, y en el de todos los países, si ocurre esto en cuanto a la violencia y gobernabilidad. Sin embargo, ¿estaremos destinados a padecer ciclos de violencia después de disfrutar de ciclos de paz social?

Quizá en el futuro se logre una situación de paz que se mantenga de manera permanente, pero es claro que por hoy, México está repitiendo el libreto de 1810 y 1910. Si bien los motivos de violencia son otros, de otra naturaleza y otros factores (en la Nueva España de 1810, la violencia tuvo como causas el debilitamiento y descrédito de la Corona Española, la religión y cierto descontento social; en 1910, el desgaste del grupo gobernante y el descontento social y político; por último, en 2010, la violencia tiene que ver con el aumento de la delincuencia en las calles, el poder del crimen organizado, el resquebrajamiento del sistema político tras la democratización y factores de corrupción).

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