martes, 28 de agosto de 2012

OLIMPIADAS 2012: comentarios y reflexiones




Las Olimpiadas de Londres fueron el acontecimiento más importante de este año; fueron, además, una de las Olimpiadas más emotivas de los últimos tiempos. Tanto la inauguración como la clausura (ocurridas el 27 de julio y el 12 de agosto respectivamente) destacaron por la elegancia, la festividad y el carácter inglés; mientras que hace cuatro años China realizó sus espectáculos de una forma que hiciera destacar lo grandioso (la tecnología), en cambio los ingleses hicieron destacar más otros aspectos: el ingenio basado en una exposición de la historia inglesa, piruetas y toques de humor, como el que hiciera, en la inauguración, el actor que encarna a Br. Bean (Rowan Atkinson). Este último fue uno de los elementos sin lugar a dudas más originales y divertidos de la inauguración. En fin, las Olimpiadas de este año (como todas las demás) serán recordadas por el carácter y las particularidades que la hacen única. 

Las Olimpiadas destacan y llaman la atención por las competencias deportivas; de eso no cabe duda. Todos los eventos y competencias de carácter deportivo tienen como principales aficionados a los admiradores del deporte, pero eso no impide, también, que estos eventos sean memorables por acontecimientos o elementos que van más allá del deporte. Y las olimpiadas no son la excepción. Por ejemplo, las Olimpiadas de 1920, celebradas en Amberes, Bélgica, destacaron por el carácter demasiado sombrío; esto es lógico, pues se celebraron a menos de dos años de haber finalizado la primera guerra mundial, y por entonces Amberes, como casi toda Europa, estaba en ruinas, y vivía las convulsiones propias de una posguerra bastante dura (de hecho, es importante mencionar que la elección esta ciudad fue un homenaje a los soldados belgas caídos en combate y a los heridos de esta guerra). Fue en esta Olimpiada, además, en donde por vez primera se izó la bandera olímpica con los cinco anillos. Mientras que estas Olimpiadas fueron sombrías y emotivas, las de París 1924 fueron alegres y propias del carácter de los años veinte. En cambio, en 1932, Los Ángeles fueron el escenario de unas olimpiadas bastante difíciles debido a la Gran Depresión. Las de 1936, en Berlín, Alemania, se vivió un ambiente de competencia racial y de ciertas tensiones en medio de la alegría general, debido al carácter racista y militarista de la Alemania de ese tiempo, gobernada por el dictador Adolf Hitler. De estas Olimpiadas, se recuerda el papel de Jesse Owens, deportista negro de Estados Unidos, ganador de varias medallas en 100 y 200 metros. En 1948 las olimpiadas fueron, como en este año, en Londres, y también destacaron por el carácter sobrio y sencillo propio de los ingleses, solo que en medio de serias dificultades debido a los bombardeos que la capital de la Rubia Albión había padecido en la segunda guerra mundial, la cual acababa de finalizar. Las Olimpiadas de los años cincuenta, ocurridas en Helsinki, Finlandia en 1952 y Melbourne, Australia, en 1956, vivieron las tensiones y disputas entre Estados Unidos y la Unión Soviética, en un ambiente de guerra fría. En 1968, las Olimpiadas fueron en la Ciudad de México, y se recuerdan por varios aspectos: por primera vez se utilizaron pistas de tartán en carreras, además de ser recordadas por algunos inconvenientes: existieron rumores de que republicanos españoles avecindados en México hicieran desmanes frente a la delegación española, en protesta contra Franco; por otro lado, se temía de que cubanos anticastristas atentaran contra la delegación cubana. Existieron controversias políticas, pues algunos países amenazaron con no asistir si competía la Unión Soviética, esto en protesta por la invasión a Checoslovaquia; además, deportistas negros de Estados Unidos aprovecharon el momento y el lugar para protestar por la discriminación de que eran objeto en su país. Esto sin contar con que las Olimpiadas se celebraron en medio de tensiones políticas debido a la matanza de estudiantes mexicanos en Tlatelolco, diez días antes de la inauguración. 

En 1972, las Olimpiadas fueron en Munich, Alemania Occidental. De estas Olimpiadas, se recuerda una tragedia: el secuestro y el posterior asesinato de nueve deportistas israelíes a manos de un comando terrorista de tendencia fundamentalista islámica. En 1980, Estados Unidos amenazó con sabotear las Olimpiadas de Moscú, celebradas ese año, en protesta contra la invasión soviética a Afganistán, que acababa de ocurrir. Lo cual ocasionó que cuatro años más tarde, la URSS y otros países del bloque socialista hicieran lo propio al no asistir a las Olimpiadas de Los Ángeles 1984. Las Olimpiadas de 1992, en Barcelona, España, se recuerdan como un símbolo: fueron realizadas en el país que descubriera América, y justamente cuando en el año en que se cumplieron quinientos años de suceso. En 1996, en las Olimpiadas de Atlanta, Estados Unidos, existió un ambiente de alegría que por un momento se vio amenazado, al estallar una bomba en el interior del Estadio Olímpico, causando dos muertos y centenares de heridos. Entre tanto, las olimpiadas de Sidney, Australia, en 2000; Atenas en 2004 y Pekín 2008 fueron tranquilas, y no parece ser que haya habido problemas políticos. En esta que acaba de pasar, el ambiente fue igual.

El ambiente de las Olimpiadas 2012 fue, como ya se mencionó, un ambiente de festividad y alegría, propia de un evento de esas magnitudes, de esa categoría y de trascendencia mundial. No obstante, también fue un evento de un carácter marcadamente inglés: una inauguración y posteriormente una clausura basada en la elegancia más que en la grandiosidad modernista y tecnológica. Y sin embargo, pese a ser un evento austero respecto de lo visualmente grandioso, la Olimpiada de Londres 2012 si tuvo más espectacularidad y gasto financiero respecto a la otra Olimpiada ocurrida en la misma ciudad hace ya 64 años, cuando la actual Reina aun no lo era, y aun reinaba Jorge VI.

En estas Olimpiadas, como en todos los eventos, llamaron la atención los torneos y competencias deportivas. Estados Unidos y China fueron dos de los países con más medallas de oro. Realmente este es un tema que causa controversias y comentarios entre los expertos deportivos. No se debe olvidar que los torneos y las competencias deportivas son lo principal en los eventos deportivos, más allá de lo que rodea a estas celebraciones.
                      

sábado, 14 de julio de 2012

ELECCIONES 2012: Fin del panismo presidencial; regreso del PRI



El domingo pasado, 1 de julio de 2012, se sucedieron las tan esperadas elecciones presidenciales de México. Además, hubo elecciones para elegir senadores, diputados federales y en el Distrito Federal Jefe de Gobierno, representantes y delegados políticos. En cuanto a los estados del interior, en este día hubo elecciones estatales en Guanajuato, Jalisco, Tabasco, Morelos y Yucatán. Las elecciones, según lo anunciado, fueron muy concurridas; el abstencionismo electoral fue derrotado. Fue una jornada pacífica, democrática y participativa. En lo que respecta a la Presidencia, participaron cuatro candidatos: Josefina Vázquez Mota por el gobernante Partido Acción Nacional (PAN); Enrique Peña Nieto postulado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en alianza con el Partido Verde Ecologista Mexicano (PVEM); Andrés Manuel López Obrador, postulado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Partido del Trabajo (PT) en alianza con otros partidos chicos de izquierda; y finalmente Gabriel Quadri de la Torre, postulado por el partido de la familia Gordillo, el Nueva Alianza. 

En estas elecciones, el ganador fue sin lugar a dudas el PRI (y de alguna manera su aliado). Enrique Peña Nieto ganó las elecciones más vigiladas de la historia nacional, aunque no necesariamente las más competitivas; esas fueron las elecciones de 2006, en las que el triunfador, el actual mandatario Felipe Calderón Hinojosa, ganó por menos de un punto porcentual. A partir del 1 de diciembre de este año, Enrique Peña será el próximo presidente de la República Mexicana. Representa esto el regreso del PRI a los Pinos, después de 12 años de ausencia, y con esto, el estilo corporativista- presidencial de hacer política, aunque esto no quiere decir que sea el regreso de los viejos tiempos; del régimen fundado por Lázaro Cárdenas y finalizado con la reforma electoral de 1996; esto depende del electorado y el pueblo en general. Además, el PRI gana la mayor parte de las senadurías y diputaciones federales (sin lograr mayoría absoluta);   por otro lado, el partido que gobernará por segunda ocasión a México ganó holgadamente las elecciones a Gobernador en Yucatán; recuperó el estado de Jalisco y solo la pérdida de la gubernatura de Tabasco sería la mosca en la sopa. Fue un triunfo contundente y a todas luces, evidente. 

El segundo ganador de estas elecciones fue la dupla PRD- PT y el Partido Convergencia Mexicano. Andrés Manuel López Obrador quedó en segundo lugar nuevamente; y aunque el porcentaje de diferencia respecto del vencedor ya no sea tan cerrado, sin lugar a dudas es un honor. El PRD, además, se convierte en la segunda fuerza electoral mexicana en el congreso, y además, por si fuera poco, ganó de manera rotunda el Distrito Federal; el candidato a Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, obtuvo un triunfo mayor incluso al de Andres Manuel López Obrador hace ya doce años. Y no solo esto; retuvo una entidad y ganó una nueva:  Tabasco. En esta entidad, el ex priista Arturo Núñez será el primer Gobernador no priista de la entidad desde hace ya más de ochenta años. Por otro lado, al PAN le arrebató la gubernatura de Morelos; Graco Ramírez fue el candidato triunfador. El PRD llegó a un lugar en las elecciones que hace unos meses no se esperaba, debido a las crisis que durante este sexenio tuvo que soportar el PRD, y a que hace unos cuantos meses el candidato de las izquierdas estaba en un tercer lugar en cuanto a las preferencias de la ciudadanía. Bien manejado, este capital político puede hacerle sombra al PRI en el sexenio que comienza en diciembre, y hasta podría el PRD llegar a la Presidencia en diciembre de 2018. 

El Partido Nueva Alianza está en un lugar que no podría definirse como de ganador, aunque tampoco de perdedor. No ganó la Presidencia, a pesar de la buena imagen que su candidato dejó desde el primer debate presidencial, pero de alguna manera, y pese a la buena estrella de su candidato, esto era de esperarse en un partido pequeño y de corta historia. Este detalle le quita la categoría de ser el perdedor, aunque haya quedado en el último lugar en votación nacional. Pero existe otro aspecto que hay que tomar en cuenta: Nueva Alianza obtuvo una votación más elevada de la que tradicionalmente se espera para un candidato de un partido pequeño, y además, todos los indicios indican que este partido obtuvo bastante ganancia en lo que se refiere al congreso. Estas elecciones fueron un éxito para el Nueva Alianza, y bien manejado este capital político, podría llevarlo a ser un partido mayor en las siguientes competencias electorales. 

El PAN fue, sin lugar a dudas, el perdedor de las elecciones. De los tres partidos grandes y tradicionales, el PAN quedó en un tercer lugar; esto a pesar de que durante algunos meses antes de la competencia electoral estaba en un segundo lugar. El PAN fue el partido que resultó humillado en esta competencia, y dificilmente podrá recuperarse (no es imposible, como lo demuestra el mismo PRI, que hace seis años fue el perdedor y ahora es el ganador). En la historia posterior quedará la interrogante de cómo fue que una candidata atractiva y fresca perdió puntos porcentuales de votación a lo largo y ancho de la campaña electoral. El PAN deberá hacer un duro examen de conciencia, de reorganización y hasta de crítica interna si quiere quitarse este amargo sabor de boca que le dejaron las elecciones. No solo su candidata; el PAN será la tercera fuerza electoral en el congreso, y para colmo, perdió dos gubernaturas; Jalisco, a manos del PRI, y Morelos, a manos del PRD. En el Distrito Federal su candidata quedó en 15 % de votación, y el único consuelo que le queda al PAN es haber retenido la gubernatura de Guanajuato.

Resultados electorales por entidad federativa


Las elecciones presidenciales se saldaron con un triunfo del PRI a la Presidencia. Esto se refleja en los resultados electorales que hubo en cada entidad. El mapa electoral según la entidad federativa refleja el ascenso y el triunfo del PRI, el avance del PRD y el retroceso y el fracaso del PAN.

Según los resultados, el PRI ganó en 20 entidades de la República: Aguascalientes, Baja California Norte, Baja California Sur, Campeche, Coahuila, Colima, Chiapas, Chihuahua, Durango, Estado de México, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Yucatán y Zacatecas.

El PRD ganó en 8 entidades federativas, las cuales son las siguientes: Distrito Federal, Guerrero, Morelos, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco y Tlaxcala.

El PAN, en cambio, solo ganó en 4 entidades: Guanajuato, Nuevo León, Tamaulipas y Veracruz.

El Partido Nueva Alianza obtuvo considerables votos, pero no ganó en ninguna entidad. México, por lo que se puede reflejar, sigue siendo el país de los tres grandes (PRI, PRD y PAN) y el resto, conocida como la chiquillada, aunque el Nueva Alianza pueda consolidarse en el futuro.

Los resultados reflejan los triunfos y los fracasos de los tres grandes partidos. El PRI y el PRD ganaron, respectivamente, el Estado de México y el Distrito Federal, que son las entidades más pobladas de la República Mexicana. Además, entre las entidades ganadas por el PRI además del Estado de México, se ubican algunos en donde existe un considerable número de habitantes: es el caso de Jalisco. Por su parte, el PRD ganó Puebla, en donde se ubica la ciudad capital de Puebla de los Ángeles, una de las más pobladas del país. En cambio el PAN ganó Nuevo León y Guanajuato. Las razones del voto de la gente en cada entidad es seguro que varió de acuerdo a las circunstancias particulares. Es probable que en Nuevo León se tenga la premisa de que la violencia que viven varias entidades del país (entre ellas Nuevo León, siendo un caso trágico de este fenómeno el ataque al casino el año pasado) sea consecuencia de los gobiernos estatales priistas. Quizá se tenga la percepción de que los gobiernos del PRI son cómplices corruptos de los sicarios y grupos del crimen organizado, como los famosos y sanguinarios zetas. Esa puede ser la razón principal del voto por la candidata del gobierno, Josefina Vázquez Mota. En cambio, probablemente en Coahuila y en Chihuahua (otras dos entidades asoladas por la violencia del crimen organizado) se tenga otra percepción: el gobierno del actual mandatario, Felipe Calderón Hinojosa, se lanzó a una guerra contra los narcos sin preparación alguna y de manera inepta, y ello ha traido como consecuencia la violencia, y según esta percepción que refleja gran parte del electorado, el PRI si tiene experiencia para negociar. Estas pueden ser las razones del voto a favor del PRI y de su candidato, el príncipe de Atlacomulco.

El sector poblacional del Distrito Federal y Morelos, en cambio, tienen posiciones distintas. Quizá en el Distrito Federal ganó el PRD gracias a la buena imagen de Marcelo Ebrard, el actual Jefe de Gobierno, y además, a la imagen fresca y moderada de Miguel Ángel Mancera, que ganó por más de 60 % de votación. Ahora bien, tanto para los defeños como para los morelenses, quizá se tenga aun malos recuerdo del pasado, y los blanquiazules no respondieron a sus expectativas. Para ellos, quizá la violencia criminal sea consecuencia de un doble lastre: la corrupción y la complicidad en los gobiernos estatales y varios presidentes municipales priistas y a la torpeza del gobierno de Calderón y el PAN. En fin, en las razones del voto a favor de uno u otro candidato estuvo la percepción y el sentir general de la población de cada entidad   federal.

Diagnosticar la elección presidencial


Respecto al tema de la legitimidad de la elección, ya se han dejado correr voces y opiniones que van desde la franca aprobación sin reservas hasta la abierta descalificación por parte de un candidato (Andrés Manuel López Obrador) y sus seguidores, pasando por la aprobación pero con ciertas críticas al proceso electoral. Este es un tema candente en el debate nacional de estos días. Que tan resistente es el sistema electoral en México para prevenir un fraude electoral o la compra de votos, además de otras ilegalidades, es la pregunta que muchos se hacen, en medio de un conflicto postelectoral que ya estalló, aunque todavía no llegue a su punto culminante.

Desde la reforma política de 1996, México tiene un sistema para prevenir un fraude electoral; es decir, una imposición de un candidato impopular a un puesto de elección popular, aunque en el caso de los niveles municipales, la situación es muy distinta en municipios clasificados como rurales. En varios de estos municipios, tanto el aislamiento respecto de otras poblaciones, o bien, las difíciles comunicaciones con otros municipios, además de la escasa población, la ignorancia y la marginación, aunada a una nula presencia de fuerzas federales y estatales, hacen que el ejercicio de las elecciones sea difícil y esté a merced de las autoridades municipales. Estas condiciones son un caldo de cultivo que favorecen el caciquismo por parte de presidentes municipales, presidentes seccionales, comisarios ejidales u otras autoridades. En estas condiciones, el ejercicio de la participación ciudadana es escasa e inoperante, y es así como el fraude electoral se da de manera totalmente abierta y descarada (en estos casos, el fraude de manera burda o de forma muy disimulada todavía no se conocen; por el contrario, se está en la edad de piedra en la cuestión electoral).

Sin embargo, y pese a estos casos que por supuesto deben preocupar, y que son una herencia de un pasado de régimen autoritario que no solo compete al régimen del PRI- Sistema (aunque las formas del PRI sean las usadas debido a la cercanía respecto a esta época) una cosa es un hecho: ya no es posible, en los municipios más poblados, además de varios municipios urbanos, realizar un fraude electoral en varias casillas, de una manera tal que la elección sea decidida por estos medios, con el objetivo de imponer a un candidato (o candidata) impopular y repudiado. Y menos es posible esto a nivel estatal o federal. Sin embargo, lo que si es un hecho es que esto no significa que en la elección no puedan ocurrir serias ilegalidades o actos que si bien en sí no son formas de imposición, si, en cambio, están prohibidas por la ley y por lo tanto, son ilegales. Una de estas acciones, quizá la más antigua y famosa, es la compra de votos; esto se da mediante una operación en la que mediadores u operadores de un partido político escogen a un número determinado de habitantes marginados, posteriormente se les ofrece dinero u otras cosas como kilos de frijol y maíz, entre otras cosas, con la condición de que los que reciban esos regalos que sin duda necesitan dada su situación económica y social, vayan a votar a favor del candidato para el que los mediadores trabajan. Es decir, se crea una forma de compraventa: el mediador ofrece algo a cambio de un voto. Esta práctica sucia y perversa no es nueva, como ya he señalado, y no es única de México: otros países con una considerable cantidad de población marginal tienen esta práctica sucia entre sus costumbres. En México, cuando se habla de compra de votos normalmente se utiliza la palabra "tortivotos", debido a la frecuencia con la que se ofrece, a cambio del voto, una torta, aunque es de señalar que en las pasadas elecciones federales, la mayor parte de los casos denunciados hasta ahora no tuvieron que ver con compra de votos por medio de una torta; según los casos expuestos y denunciados, la compra de votos se realizó mediante la repartición (más de tres mil casos reportados) de tarjetas soriana, además de otros casos en los que supuestamente se ofrecieron productos en especie a ciudadanos marginados de municipios pobres a cambio de votos.

No obstante los casos denunciados, estos no son suficientes para anular la elección: la diferencia de votos entre Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador es de varios puntos porcentuales (más de 6 %) y la diferencia de votos es demasiado alta como para suponer que el triunfo de Enrique Peña Nieto haya sido producto de la compra de votos. Si bien las denuncias de compra de votos deben investigarse y sancionarse en caso de ser comprobadas, es un hecho que en este episodio electoral, un porcentaje mayoritario decidió darle una segunda oportunidad al PRI para gobernar (otro punto que no debe soslayarse, es que también existen evidencias de compra de votos por parte del PRD- PT, y siendo que el PAN es uno de los partidos grandes, es seguro que existen casos menores por parte de ese partido, por lo cual este es un vicio que debe combatirse y del cual están contaminados casi todos los partidos). Enrique Peña Nieto será el próximo Presidente de la República elegido por una mayoría poblacional; no obstante, las razones que movieron a votar por el PRI son diversas según cada estado, municipio o incluso individuos. Como lo son las razones que movieron a un sector numeroso a votar por el PRD, y a otro sector, no tan menguado ni pequeño, a votar por el PAN. En el caso del Partido Nueva Alianza, que quedó en un cuarto lugar, las razones del voto por parte de sus electores quizá no varíen de una manera tan compleja, pero podemos afirmar que la razón de peso haya sido el deseo de ver gobernar a una nueva opción (más allá de que esta opción sea en realidad nueva) y la imagen, digamos que favorable, que dejó su candidato: Gabriel Quadri. En el caso de las personas que sufragaron a favor del PRI, las razones hayan sido la creencia de que existía un nuevo PRI o la impopularidad, en algunos sectores, hacia el PAN y el PRD. En el caso del voto por el PRD, la razón fundamental fue la de ver en la Presidencia a un gobierno de izquierda y a un Presidente de la República benefactor y de vocación social a los sectores desprotegidos; en el caso del PAN, fue la buena imagen de Calderón y Josefina Vázquez Mota, además de la percepción de que votar a favor de AMLO era conducir a la nación hacia el camino de los países del círculo chavista, de que sufragar a favor de Peña Nieto era regresar al pasado autoritario y de que darle un voto a Quadri era un desperdicio, además de que era una consolidación a un partido manejado por el sindicato magisterial de Elba Esther Gordillo. Pero en fin, estas son las razones fundamentales; recalco, existen otras según la psicología de cada persona o el caso particular de cada municipio o entidad para decidirse por una u otra opción.

Más allá de las razones del voto, quien gobierne a México entre el 1 de diciembre de 2012 y el 30 de noviembre de 2018 deberá gobernar para todos; hacer realidad el sueño prometido a sus votantes, sumar popularidad gobernando para los que se decidieron por otras opciones y contribuir a alejar el fantasma del abstencionismo y el asco hacia la política entre los sectores no menores que decidieron anular su voto o de plano abstenerse de ir a votar. En cuanto a los actores políticos, sociales e intelectuales, les queda la tarea de contribuir a que la transición que vendrá en este período entre julio y diciembre sea lo menos cruenta posible, por el bien del país; deben comenzar a reconocer la victoria del ganador y sumar la buena voluntad para que reciba al país en calma política; en esta tarea, el Partido Nueva Alianza y el Partido Acción Nacional ya dieron un paso al frente. En cambio, quien obtuvo más votos que ellos, el PRD y sus aliados, ya comenzaron el lamentable papel de desconocer una vez más (como en 2006) la elección presidencial. Esta actitud, que les llevó a una impopularidad a lo largo de la mayor parte de este sexenio y a constantes crisis, fue superada en el curso de este año. Pero de volver a las andadas, no solamente regresarían las crisis y la impopularidad; ahora si, sería difícil que para 2018 vuelvan a ganar un segundo lugar, por no decir que la victoria presidencial será más alejada en el escenario nacional.

Queda también otra última tarea, y esta es la más importante, toda vez que reflejaría que la democracia ha avanzado en la mentalidad del mexicano y en las aspiraciones nacionales; la tarea de ser críticos y participativos. No dejar que el próximo Presidente se convierta en un Presidente imperial, como lo fueron los que mandaban en los Pinos entre mediados de los años treinta y finales del siglo pasado. Al próximo Presidente de la República, no importando que se llame Enrique, Andrés Manuel, Josefina o Gabriel, se le deben exigir cuentas claras; se le deben realizar críticas necesarias y constructivas, además de ponerle ante sí a las organizaciones cívicas que existen o que vayan a surgir; esto será un freno a sus posibles deseos de querer pasar de un Presidente republicano a un Presidente imperator (de ser un mandatario al estilo de los países más avanzados, a ser un ungido de legitimidad imperial al estilo México siglo XX, o al estilo Roma imperial). Impedir una posible regresión, la cual sería la madre de otras regresiones. Y no solo se le debe impedir un retroceso: es imperativo que se le demande avances. Es necesario una reforma electoral que cumpla con varios objetivos: clarificar la procedencia de dinero ilícito a las campañas; hacer que la democracia sea menos costosa, ya que no puede ser que en México se destine más dinero que en los países considerados de primer mundo; y sobre todo lo más importante en este momento: disminuir a un mínimo bastante considerable (si es posible darle fin) a la compra de votos. No es posible que la compra de votos defina algunas elecciones, y esta práctica debe terminar. La compra de votos es algo que se da tomando como eje la pobreza y la falta de conciencia cívica, pero se puede prevenir por medio de varios métodos, como realizar un seguimiento de los dineros que usan los partidos políticos, aunque es evidente que esta práctica requiere de otras propuestas, que deberán surgir en el curso del sexenio entrante. Por supuesto, si es posible, deben comenzar en la fase final del sexenio en curso.

Finalmente, la tarea de hacer avanzar a un país por el sendero democrático, además de otros aspectos como el educativo, el social, el económico, el cultural, el ecologista, etcétera, no es exclusiva del Presidente. Es una tarea en la que de alguna u otra forma debemos participar todos los ciudadanos, aunque de diferente forma según nuestro lugar y posición. Respecto a la tarea de legislar, el Congreso es la institución encargada. Al Congreso se le debe exigir también para la buena marcha administrativa y gubernamental de la nación. La sociedad civil no debe agotarse en llevar sus exigencias a la oficina principal de los Pinos; las exigencias deben llegar a los escaños, a las lujosas oficinas de los senadores y diputados, a las oficinas de los gobernadores y presidentes municipales y hasta a los medios de información. La tarea de gobernar a un país es compleja y difícil; es un reto enorme más que un arte. Si esta premisa vale para una nación de escaso territorio, de poca población y de primer mundo, como Holanda, Suiza o Mónaco, más lo vale para una nación de un territorio de más de un millón y medio de kilómetros cuadrados (como México), de una población enorme, a veces asentada en un territorio inmenso para la densidad poblacional, otras veces asentada en un espacio sobrepoblado (como México) además de contantes problemas sociales y de una enorme pobreza y marginación (como México). La tarea de gobernar a México en el próximo sexenio debe comenzar a prepararse en estos últimos meses de transición. 

martes, 7 de febrero de 2012

ARRANCA la batalla: MORENA, Atlacomulco, los azules y... los demás





El domingo pasado (5 de febrero, día de la constitución) terminó lo que podría denominársele el período de precampañas. Este día, después de una larga espera, el partido gobernante en México (Partido Acción Nacional PAN) llevó a cabo su esperadísima elección interna para elegir a su próximo candidato presidencial. La elección interna se llevó a cabo cuando los otros dos partidos grandes de la República Mexicana ya habían elegido candidato, llevándole al PAN ya más de un mes y medio de ventaja en ambos casos. Como se sabe, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) eligió candidato a la presidencia desde mediados de noviembre pasado. El ungido, después de una consulta nacional, fue Andrés Manuel López Obrador, quien ya había sido candidato presidencial del PRD y otros partido en 2006: justamente el proceso electoral en el que ganó la Presidencia el actual mandatario Felipe Calderón Hinojosa. Por otro lado, en diciembre el antiguo partido gobernante PRI (Partido Revolucionario Institucional), reconoció como su candidato presidencial a quien ya se esperaba: Enrique Peña Nieto, el príncipe del Grupo Atlacomulco y ex Gobernador del Estado de México.

El año 2012 había comenzado ya con el PRI y el PRD con sus candidatos definidos. El PAN, el tercer gran partido de México, faltaba en el cuadro. Pero después de una esperadísima elección interna, el panismo se decidió. En la elección interna, como se sabe, compitieron tres precandidatos: Ernesto Javier Cordero Arroyo, precandidato oficial de Felipe Calderón, el que representaba la continuidad de la facción presidencial y ex Secretario de Hacienda y Crédito Público en el gabinete calderonista; por el otro lado, Santiago Creel Miranda, ex Secretario de Gobernación en el sexenio foxista y Senador en el sexenio actual, además de ser el precandidato del ex Presidente Vicente Fox; y por último Josefina Vázquez Mota, ex Diputada Federal. El panismo se decidió por su candidata popular e imagen fresca: Josefina Vázquez Mota.

La elección interna del partido gobernante y el nombramiento de Vázquez Mota representan dos cosas significativas: 1. El inicio del período de campaña: a partir de aquí hasta julio, ha comenzado la batalla entre los tres grandes por la Presidencia, y 2. La nominación, por primera vez en la historia, de una mujer como candidata del PAN a la Presidencia. No solo esto: si bien Josefina Vázquez Mota no es la primera candidata presidencial en la historia de México (antes ya hubo varias como Rosario Ibarra de Piedra en 1982 y 1988; además de Cecilia Soto González y Marcela Lombardo Otero en la elección de 1994 y Patricia Mercado Castro en 2006), en cambio es la primera vez en la historia mexicana que una mujer es candidata presidencial de uno de los principales partidos políticos.

La batalla presidencial, por lo tanto, ha comenzado. No será fácil para ninguno de los contendientes. Desde 1988, en todas las sucesiones presidenciales se ha acostumbrado que hay tres fuerzas políticas: en el 88 fueron el PRI, el PAN y el Frente Democrático Nacional (FDN, antecesor del PRD); en 1994, 2000 y 2006 fueron el PRI, el PAN y el PRD. En este 2012, nuevamente lo serán el PAN. el PRI y el PRD. También, se acostumbra que de los tres grandes, dos sean los ganadores y uno sea el que quede en tercer lugar. En estas sucesiones presidenciales, además, participan otros pequeños partidos, los cuales desempeñan dos tipos de papel: o adornan las boletas, o se unen en alianza a cualquiera de las tres principales fuerzas políticas.

Precisamente porque el PRI, el PRD y el PAN serán los protagonistas, se analiza, a continuación, los posibles escenarios de los tres grandes partidos. Además, se esbozará un perfil biográfico de sus candidatos: los protagonistas de la elección de 2012. Aunque el PAN es el partido gobernante, tendré que comenzar con el PRI, debido a que es la fuerza política que tiene en su poder más diputados federales y gubernaturas, además de ser el favorito en las encuestas.

  • El príncipe de Atlacomulco: la restauración del siglo XX
Enrique Peña Nieto es el candidato presidencial del PRI. Peña Nieto es, por lo tanto, el candidato que representa el siglo XX mexicano, pues su partido gobernó a la nación durante la mayor parte de ese siglo turbulento. Además, Enrique Peña representa la restauración del pasado, pese a la imagen de un pretendido nuevo PRI. Enrique Peña Nieto es pariente de políticos reconocidos del PRI, y es, por así decirlo, la creación mediática de Televisa y del grupo político conocido como Atlacomulco. Peña Nieto está apoyado por la maquinaria corporativa del ex partido oficial, la alta dirigencia del PRI y sectores de población que añoran los tiempos añejos: este sector considera que el PAN y sus dos sucesivos gobiernos son los responsables de la narcoviolencia, la crisis, la pobreza y otros males que afronta México. Para ellos, los priistas si tienen experiencia.

Enrique Peña Nieto es un hombre relativamente joven. El actual candidato del PRI nació el 20 de julio de 1966 en el municipio de Atlacomulco, Estado de México. Es egresado de la carrera de Derecho por la Universidad Panamericana y estudió una maestría en Administración de Empresas en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Estos datos biográficos son una fuente nada despreciable. Además, Peña Nieto está emparentado con el ex gobernador mexiquense Alfredo del Mazo González, y esto es un capital político de peso.

El candidato y su partido tienen puntos a favor y en contra en esta contienda. Por un lado, existen factores que pueden darles la victoria, aunque también existen otros puntos desfavorables. Como se sabe, el PRI encabeza las encuentas de intención de voto. Esto puede ser benéfico, pero también podría ser una debilidad: nada está escrito todavía (como se comprobó hace casi seis años) y esa ventaja bien puede infundirles a los priistas demasiada confianza.

El PRI tiene a su favor, como ya mencioné, un sector de población harta del PAN en el poder. Un sector que considera que el PAN ha creado la mayor parte de los males que vive el país. Un sector que considera que todo tiempo pasado fue mejor, y que han alimentado la leyenda de que los tiempos añejos del PRI eran mejores. Un sector que no quiere darle la oportunidad al PRD: lo consideran un partido radical, de aires violentos y corresponsable del panorama que vive el país. El PRI despierta atractivo en ese sector de población: se le considera un instituto serio, con experiencia para gobernar y alejado de los radicalismos tipo Peje y PRD.

El PRI tiene a su favor otros factores: es indudable que su candidato ha tenido amplio apoyo de Televisa y es también indudable que Enrique Peña Nieto se ha promovido desde sus años de Gobernador. El candidato es un hombre bien parecido, a ojos de muchas personas. La imagen física da ventaja en un proceso electoral, y si a esto le añadimos que está casado con una hermosa y popular actriz de telenovelas (Angélica Rivera) el resultado podría ser el esperado en julio próximo.

Claro que estos son puntos favorables. Sin embargo, estos puntos favorables no son definitivos. El triunfo del PRI no es aun seguro, aunque es muy probable. Los puntos negativos también son varios para el PRI y su candidato. El encabezar las encuestas puede llevar al PRI a confiar en el tiempo, y esto podría ser perjudicial, aunado a los puntos desfavorables.

Entre los puntos desfavorables está la imagen del PRI. Si bien existe un sector no escaso de personas que apoyan el regreso del PRI por considerarlo alejado del radicalismo y que culpan al PAN de casi todo lo malo de los últimos tiempos, también existe un sector numeroso que no ha olvidado al PRI. Un sector de población que si bien critica al PAN, no por eso le apuestan al PRI. Tampoco al PRD. Para este grupo de personas, los tiempos actuales no han sido buenos: los gobiernos panistas han sido mediocres, pero para ellos, el tiempo pasado no fue mejor. Y además, hay que agregarle otro sector de población que si bien repudia al PAN, tampoco quiere mucho al PRI. Es más: han crecido con la propaganda de que el PRI y el PAN son lo mismo; son parte de una élite que han gobernado mal y solo para los ricos. Este sector quiere darle la oportunidad a otros: al partido que lleva como caudillo al tabasqueño de Macuspana.

Por otro lado,el candidato priista ha tenido verdaderos resbalones públicos en estos meses. Aparte de su papel en la Feria del Libro de Guadalajara, en donde olvidó títulos de libros y confundió autores a una pregunta de que obras lo han impactado, el candidato empeoró con un mensaje de twitter de su hija adolescente, de nombre Paulina. Como se sabe, ante las críticas a su padre por lo sucedido en la Feria de Libros, Paulina envió un mensaje descalificando a los críticos de su padre proles y pendejos. Semejante utilización de la palabra prole atrajo indignadas críticas de miles de personas a través de facebook, twitter y otros canales de comunicación. La chica borró su comentario y pidió disculpas, al igual que su padre. Pero las repercusiones del escándalos ya estaban en el ambiente.

Además, y por si esto fuera poco, en los siguientes días el candidato del PRI cometió otros resbalones. Por una parte, no supo a cuanto asciende el salario mínimo en México, y ante una pregunta relacionada con los precios de ciertos artículos de consumo, el candidato afirmó que el no era la ama de casa como para saberlo. Estos últimos errores le han costado al candidato críticas y cuestionamientos en torno a si tendrá la capacidad de gobernar a un país sin conocer datos que tendrían que ser básicos en su plan de gobierno.

Aun así, el regreso del PRI puede ser posible. Aunque el PRI ha hecho intentos por mostrar una imagen de partido renovado, e incluso se habla de un nuevo PRI, existen indicios que confirman que el PRI sigue siendo el mismo de siempre. Un partido corporativo, caciquil y antidemocrático que está dando la pelea por represar a la Presidencia de la República. En fin, el PRI tiene que dar la batalla para ganar, y el escenario con el que empieza tiene cierta ventaja: gobierna la mayoría de la población mexicana a nivel estatal. Tiene la mayor parte de la cámara baja y una maquinaria poderosa, a pesar de ya no contar con el sindicato de maestros y su controvertida lideresa.

  • El caudillo de Macuspana: MORENA o la República del "amor"
Andrés Manuel López Obrador es el candidato del PRD, como hace seis años. También lo es del Partido del Trabajo (PT); la organización satélite que se creó en 1989 con el patrocinio y la ayuda de Carlos Salinas de Gortari, y que tenía el objetivo de dividir el voto de izquierda para perjudicar al PRD. Hoy, ese partido ha nombrado al antisalinista López Obrador.

Andrés Manuel López Obrador nació el 13 de noviembre de 1953, en Macuspana, Tabasco. Vivió su niñez en una situación modesta; de clase media, a pesar de que su familia tenía relación estrecha con un político local del PRI y cacique de la región: Diego Rosique Gamas. Fue durante su adolescencia cuando ocurrió en su familia una tragedia que marcaría al personaje en el futuro: en una ocasión en que Andrés y su hermano Ramón jugaban con un arma de fuego, el artefacto se disparó. Ramón falleció como consecuencia de la bala que se disparó.

Andrés Manuel fue egresado de la licenciatura de Ciencias Políticas y Administración Pública por la UNAM, en 1987. Entre 1976 y 1988, López Obrador perteneció al partido oficial (PRI); de este modo, el ahora candidato perteneció al régimen priista. Ocupó cargos importantes durante su período de pertenencia al régimen: Delegado del Instituto Nacional Indigenista (INI) en Tabasco; Presidente del Comité Ejecutivo Estatal del PRI en Tabasco en 1983 y al año siguiente, en la Ciudad de México, Director de Promoción Social del Instituto Nacional de Protección al Consumidor. Permaneció fiel al partido oficial aun incluso después de que Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y otros miembros de la denominada Corriente Democráctica rompieron con el partido oficial, entre octubre y noviembre de 1987.

En 1988, y debido a pugnas internas, López Obrador rompió con el partido oficial. Se unió al Frente Democrático Nacional (FDN), del cual fue candidato a Gobernador por Tabasco. Luego de las elecciones, en las que oficialmente ganó el PRI, Andrés Manuel denunció fraude electoral.

Entre 1988 y el año actual, López Obrador desempeñó diversos papeles en la izquierda perredista. Fue candidato de su partido a Presidente Municipal en 1991; candidato a Gobernador de Tabasco en 1994; Presidente del PRD en el sexenio de Ernesto Zedillo y Jefe de Gobierno del Distrito Federal entre 2000 y 2005 (es importante mencionar que en 1991 y 1994 denunció fraude electoral, en medio de irregularidades bastante evidentes, organizando actos de protesta). En 2006, fue candidato del PRD y otros partidos políticos a la Presidencia de la República, perdiendo ante Felipe Calderón. La derrota no fue reconocida por el famoso Peje, como se le conoce al candidato de izquierda: sin presentar suficientes pruebas, organizó actos de protesta, asumiendo actitudes radicales que llevaron a la perdida de popularidad.

Andrés Manuel López Obrador es ahora, de nuevo, el candidato del PRD. Como Peña Nieto, el otro candidato opositor, tiene puntos a favor y otros en contra. Por una parte, López Obrador tiene una imagen de candidato de perfil más bien modesto; es menos ostentoso y vive en un vecindario menos lujoso que la mayoría de los políticos provenientes o pertenecientes al ex partido oficial. Esto le da puntos favorables.

El candidato, por otro lado, es el representante de un partido que hasta la fecha no ha gobernado a nivel federal. Esto le da cierta imagen de nueva opción, aun cuando el PRD ha gobernado bastantes municipios y entidades (desde 1997 gobierna una de las dos más importantes: el Distrito Federal). Aun cuando López Obrador y la mayor parte del PRD y el PT están lejos de ser una opción nueva, pues la mayor parte de su miembros fueron miembros del PRI y del régimen en los años setenta y ochenta (algunos incluso desde antes), este dato es desconocido entre sectores no menores de la población. Entre este sector, existen porciones importantes de ciudadanía que aun recuerda al PRI, y que piensan que las deficiencias de México en la última década se le deben al PAN. En este sector, predomina la idea de que se le debe dar la oportunidad a quienes, según su entender, "no han gobernado a México". Una oportunidad a un partido y a un candidato a quienes perciben como honesto, cercano a los pobres y de naturaleza misionera.

Sin embargo, también existen los puntos negativos. Andrés Manuel López Obrador desempeñó, en el D.F., una administración que no estuvo exenta de actos de corrupción. Los famosos videoescándalos de 2004 (René Bejarano, Gustavo Ponce, Carlos Ímaz y otros) son recordados por no tan pocos electores. Si a esto le sumamos la imagen de radicales que tienen tanto el PRD como sus principales acólitos entre gran parte de la clase media, podemos afirmar que las elecciones de este año serán difíciles para el PRD.

No olvidemos, por otro lado, un hecho recientemente ocurrido, que precipita al PRD y al Peje en un sendero de muy probable derrota. El 17 diciembre del año anterior, falleció en la capital de Corea del Norte el brutal y siniestro dictador Kim Jong Il. El Partido del Trabajo escribió una pública nota de pésame, con marcados elogios al fallecido dictador. Este hecho ha terminado por desprestigiar a Andrés Manuel López Obrador. Sin recordar otra cosa más: también existe un sector numeroso que recuerda que Andrés Manuel López Obrador y la mayor parte del PRD, no son una opción nueva; pertenecieron al PRI en el pasado, en los años de Echeverría, López portillo y Miguel de la Madrid Hurtado. Los años que este sector recuerdan como los peores del sistema político PRI. No faltan los que además, tienen el dato de que el PT fue un partido palero del PRI: formado con ayuda de Salinas en 1989, y que como escribió el periodista argentino Andrés Oppenheimer en un libro acerca de México, recibió dinero en 1994, llegando a tener más recursos y carteles de propaganda que el PRD o el PAN.

Por otro lado, el domingo anterior el PAN eligió a una candidata carismática y de buena imagen: Josefina Vázquez Mota. Este hecho representa, sin lugar a dudas, una derrota para el PRD. Andrés Manuel y su equipo habían apostado a un candidato panista débil, de imagen opaca y de escaso atractivo: Ernesto Cordero. La elección de Vázquez Mota representa la llegada a la contienda presidencial de una candidata fuerte, que junto con Peña Nieto, le restará votos a MORENA y al candidato de la república del amor.

  • La candidata del blanquiazul: continuación y renovación
Josefina Vázquez Mota es la recién elegida candidata del partido en el poder: el Partido Acción Nacional PAN. El partido que destronó al régimen de la revolución en el 2000. El instituto que ganó en 2006 con un porcentaje de menos de 1 %. Hoy, Josefina tiene el reto enorme de vencer al PRI, evitar el regreso del pasado y continuar un camino que llegó hace poco menos de 12 años, aunque inyectándole nuevos aires.

Josefina Vázquez Mota nació en la Ciudad de México el 20 de enero de 1961. Estudió la Licenciatura de Economía en la Universidad Iberoamericana. En su biografía de wikipedia, se dice que Josefina Vázquez Mota obtuvo un Diplomado de Ideas e Instituciones en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Fue articulista de varios periódicos importantes como El Novedades, El Financiero y El Economista. Por otro lado, ha tenido una trayectoria en el mundo del empresariado, aunque no precisamente como empresaria, sino más bien como asesora de organismos o cámaras empresariales importantes. Todo esto hasta el año 2000, cuando ingresó a la política mexicana.

Fue elegida Diputada Federal por el PAN en el año 2000. Pidió licencia para ocupar un puesto en el gobierno de Vicente Fox: la Secretaría de Desarrollo Social. En 2006 fue coordinadora de la campaña de Felipe Calderón. A la llegada al poder de Felipe Calderón, Josefina Vázquez Mota ascendió a la Secretaría de Educación Pública. En 2009, volvió a ser elegida como Diputada Federal por el PAN.

Finalmente, Josefina Vázquez Mota ha sido nominada candidata del PAN a la Presidencia de la República. Este es sin lugar a dudas, un acontecimiento histórico en la vida política del país. Por un lado, es la primera mujer que ocupa la candidatura presidencial del PAN. Es, también, la primera mujer que es candidata de un partido grande de México, aunque como ya se mencionó, no es la primera si tomamos en cuenta a todos los partidos políticos.

Hoy, Josefina tiene el reto enorme de ganar para el PAN la Presidencia de la República en medio de un contexto de crisis económica, narcoviolencia y desprestigio del partido en el poder. Este es un punto negativo: el PAN ya tiene en el poder casi doce años, y evidentemente existe un desgaste en imagen. Sobre todo en un entorno de violencia criminal por parte de bandas de traficantes, y de crisis económica generalizada. Además, existen sectores de la población que quieren al PAN fuera del poder: para unos, el tiempo pasado fue mejor; para otros, hay que darle la oportunidad a la izquierda. Esto sin contar con actos de corrupción de algunas administraciones panistas. El abstencionismo electoral es un enemigo que casi siempre perjudica al PAN.

Sin embargo, existen puntos positivos, que pueden ser ventajosos. Por un lado, el PAN ha elegido a una mujer, y este elemento puede ser un atractivo para no pocos sectores que verían el triunfo de Josefina como un triunfo de la equidad de género. Por el otro lado, Josefina Vázquez Mota puede presumir de haber sido elegida candidata mediante un proceso democrático, en el que el precandidato oficialista resultó derrotado. Este detalle puede ayudar al PAN en su imagen frente al electorado. Un proceso democrático, una mujer como candidata y una continuidad sin continuismo. Un proyecto panista con signos de renovación.

Además, existe un sector numeroso que, si bien esperó más del PAN y es crítico de sus errores en el poder, aun no olvidan los años anteriores de PRI- Sistema. Para este sector numeroso de población, el presente no es admirable y adolece de fallas, pero eso no significa que el pasado o los tiempos añejos fueran mejor. Para este sector, el candidato del PRD y la plana mayor del partido amarillo son corresponsables de los males heredaros al país en 2000, toda vez que fueron ellos miembros del PRI y del régimen. Es este sector el que el PAN debe aprovechar, y tratar de convencer a los indecisos. Si logra convencer a ese sector indeciso, el PAN podría ganar por tercera ocasión la Presidencia, aunque también es de suponerse que no la tendrá tan fácil.

Lo que sí es cierto, es lo que señala en una columna el periodista Carlos Ramírez: la elección de Josefina Vázquez Mota es una derrota para AMLO y su partido, que esperaban un candidato panista débil.

  • La chiquillada
En estas elecciones, es seguro que existirán otros candidatos y otros partidos, como siempre. La llamada Chiquillada, o los partidos menores, que solo cumplen con el papel de adornar la boleta. De ellos, no hay mayor cosa que comentar.