martes, 15 de agosto de 2017

EL último comentario de un inolvidable compañero y amigo ¡¡¡¡

Lo dejé de ver y escuchar en los mediados de enero de 2016. Después de año y medio de trabajar a sus órdenes inmediatas, un error de su parte causó su inevitable despido laboral. Fue esa mañana la última vez que lo vi; y fue la última vez que escuché su voz. Ya nunca más nos comunicamos ni nos encontramos. Él falleció en los mediados de ese año de 2016 inolvidable para mí. Pero antes de morir, dejó lo que sería su último comentario para mí en una publicación esa maravillosa red social que es Facebook. Su último comentario; su comentario de despedida, de alguna manera. Dice su comentario lo siguiente: 

"Claro¡¡¡ Meik animo no pasa nada y gracias por su gran amistad y siga por todos los años, pero si busque su camino forja tu destino en lo que estudiaste, el que no busca no encuentra"

Hasta aquí su breve pero emotivo comentario de despedida. Su último comentario antes de fallecer; antes de abandonar su alma este mundo terrenal. Me pregunto si he seguido su consejo; yo, por mi parte, me despido de usted Señor Elías; igualmente, gracias por su amistad y consejos

GERARDO Machado Morales: el olvidado dictador de Cuba





Cuba, una de los últimos dominios españoles en América, ha debido pasar desde 1898 por gobiernos republicanos de carácter democrático al mismo tiempo que por dictaduras militares. Dictaduras que, a su vez, hacen que el destino poscolonial de la nación insular no sea muy distinto al de la mayoría de los países de América Latina, los cuales han tenido, casi sin excepción, dictaduras militares; si bien debemos apuntar que tanto Cuba como la centroamericana Nicaragua son, hasta la fecha, los únicos países latinoamericanos en donde dictaduras militares de ideología "marxista" se han instalado en el poder; Venezuela y Bolivia hasta la fecha tienen una especie de dictadura de ideología "comunista" o "marxista"; pero el carácter de esos regímenes civiles aunque autoritarios dista mucho de tener el carácter castrense o militar. 

Quizá porque la actual dictadura es el presente de Cuba, y quizá por otros factores más, el nombre de Fidel Castro Ruz está muy presente en el conocimiento de la opinión pública actual. Y aunque en menor medida, el nombre de Fulgencio Batista Zaldívar también está muy presente en la memoria colectiva, tanto cubana como de otras nacionalidades; si bien esto último se debe a que la dictadura de Batista fue el régimen derrocado por la Revolución Cubana; y es Batista recordado por haber sido el gorila derrocado por la guerrilla de Castro. Pero tanto Fidel Castro como Fulgencio Batista son personajes de la historia cubana muy recordados y muy mencionados en películas, documentales, reportajes, libros de historia, etcétera. Ninguno de los dos personajes nacidos en la Provincia de Holguín pasaría como un "dictador olvidado". 

Muy diferente es el destino, en cuanto a perdurar en la memoria colectiva se refiere, de otro dictador cubano. Aquel que entre los años veintes y principios de los treintas dirigió la primera dictadura militar de Cuba. Un personaje que si bien en Cuba es hasta cierto grado recordado, en general ya no es muy analizado; fuera de Cuba, la gran mayoría de los estudiosos de la historia cubana ni siquiera han analizado su figura histórica o al régimen militar que encabezó. Es, realmente, un dictador olvidado. El dictador olvidado de la isleña nación de Cuba. Su nombre: Gerardo Machado Morales.

Un olvido injusto. Porque su régimen dictatorial de menos de una década, si bien puede parecer un accidente histórico en la marcha de la república cubana, en realidad no lo es. Su dictadura de alguna manera, aunque fuera un factor menor, contribuyó al camino que tomó la historia cubana en la mayor parte del siglo XX y lo que va del nuevo siglo XXI. Fue su dictadura la que propició el ascenso a la fama (y a la historia cubana) de otro militar: Fulgencio Batista Zaldívar. El Sargento de Holguín fue uno de los principales cabecillas de la rebelión de 1933, que terminó con el régimen militar y dictatorial encabezado por Gerardo Machado Morales. Así es; el hombre al que derrocó la popular Revolución Cubana de Fidel Castro (Fulgencio Batista) fue, a su vez, una estrella ascendente hacia la punta de la pirámide política cubana encabezando la rebelión contra otro dictador; justamente el olvidado Gerardo Machado. Y puesto que la historia predeterminada (muy al estilo del positivismo y el marxismo) ha quedado desacreditada ya, bien podemos afirmar que el destino de Batista y junto a él, de Cuba, hubiera sido distinto sin el régimen machadista.

Ahora bien; ¿qué sabemos; o bien, qué datos importantes podemos mencionar acerca del personaje de marras: Gerardo Machado Morales? Este sujeto nació en el Municipio de Camajuaní, Provincia de Villa Clara, en 1971; en una etapa de la historia cubana en la cual la nación isleña se encontraba bajo dominio español. En ese año, Cuba se encontraba inmersa en la "Guerra de los Diez Años"; guerra por la independencia cubana que había estallado en octubre de 1868 en Manzanillo; rebelión fallida que estalló gracias a la iniciativa del prócer Carlos Manuel de Céspedes. De origen humilde, de joven se dedicó al oficio de carnicero; siendo este personaje otro ejemplo más de dictadores que, antes de llegar a lo alto; a la cúspide de la pirámide política y mantenerse en ella de forma dictatorial, comienzan su vida laboral en oficios humildes y en donde las posibilidades de morir en el anonimato son bastante probables. Oficios en donde, la única manera de pasar a la inmortalidad colectiva es de dos maneras: siendo el sujeto principal de una pintura; como es el caso de la camarera Suzon, aquella mujer pintada por Édouard Manet en el cuadro "Un bar del Folies- Bergere"; o bien, siendo el sujeto principal de un análisis social histórico centrado en una persona real y anónima.

Pero, como sucede con muchos de estos dictadores que comienzan en oficios humildes (tales como el soviético y georgiano Stalin, el dominicano Rafael Trujillo o el rumano Nicolae Ceaucescu), Gerardo Machado ascendió a lo alto de la pirámide política de su país por una serie de factores; pero todo comenzó cuando decidió unirse a cuestiones u oficios de armas; en el caso de Gerardo Machado, ingresó a las fuerzas revolucionarias cubanas que, en los años noventa del siglo antepasado, luchaban por la independencia de Cuba. Se convirtió en un revolucionario independentista tras dedicarse al oficio de carnicero, aunque hay quienes aseguran que también se dedicó al abigeato (robo de ganado). Siendo revolucionario, participó en varias acciones militares contra las fuerzas españolas; ciclo de su vida finalizado tras el fin de la Guerra Hispano- Estadounidense; tras la cual Cuba se libró del dominio español para caer en la hegemonía y protectorado estadounidense, con la famosa política de la "Enmienda Platt".

Durante las dos primeras décadas del siglo XX, Gerardo Machado ingresó a las fuerzas armadas cubanas; si bien se dedicó a los negocios en compañías estadounidenses. En estos oficios, el sujeto de marras adquirió una respetable fortuna. Ingresó al "Partido Liberal de Cuba", organización de la cual sería una de sus principales figuras. Todo esto le valió para que, en 1924, fuera nominado como candidato a la Presidencia de Cuba por su partido; tras ganar las elecciones, asumió la Presidencia de Cuba el 20 de mayo de 1925. Comenzó así su gobierno de ocho años. Y si bien fue un mandatario elegido de forma democrática, poco a poco fue acabando con la democracia, instaurando una dictadura personalista y caudillista, con él como líder de la nación. Machado, como muchos dictadores que han llegado al poder de forma democrática, fue sometiendo a los poderes soberanos; al poder legislativo y judicial, imponiendo en ambas instituciones a testaferros a su servicio.

La represión contra la oposición se convirtió en la forma como Machado se mantuvo en el poder. El asesinato político, la prisión y la tortura fueron los medios más utilizados por las fuerzas de seguridad al servicio del dictador; la corrupción fue la marca de Machado como fuente de lealtades y control. Fue durante su dictadura cuando se construyó, en la Isla de Pinos, el Presidio Modelo; la construcción de este penal fue una obsesión ante la falta de espacio en otras cárceles cubanas, debido a la gran cantidad de presos políticos. La militarización de las calles en las ciudades y los pueblos de Cuba sería un nuevo fenómeno en la nación isleña; un proceso social y político que otras naciones de Latinoamérica, como Guatemala, vivían en este período de Entre Guerras.

Naturalmente, durante su dictadura Cuba vivió algunos logros importantes. Sobre todo en arquitectura e infraestructura. Fue durante la dictadura de Gerardo Machado cuando se construyó el famoso "Capitolio de La Habana", imponente y portentoso edificio de la isla de Cuba muy inspirado en el Capitolio de los Estados Unidos, país cuyos gobernantes apoyaban la dictadura de Machado, la cual servía a los intereses de la élite económica de aquella nación. También se construyó durante la dictadura de Machado la Carretera Central, importante y estratégica vía de comunicación que une a la mayor parte de la isla más importante de la nación cubana. Y por si esto fuera poco, durante un breve período la dictadura trajo consigo una cierta bonanza económica y financiera; si bien la mayor parte de esta bonanza, según algunos estudios, benefició mayormente a la élite económica y política cercana al dictador.

No obstante, esta breve prosperidad económica duró mientras la crisis que se vivía a nivel mundial apenas llegaba a Cuba. Cuando esta se dejó sentir en la nación isleña, el nivel económico de los cubanos comenzó a decaer. Este hecho, más la represión política y la notable corrupción, trajo consigo un gran descontento general, que comenzó a manifestarse en actos callejeros reprimidos por las fuerzas de seguridad; sobre todo, por "la porra", un grupo paramilitar de matones civiles al servicio de la dictadura. Y esta situación, finalmente, marcaría el fin de la dictadura; a principios de agosto de 1933, trabajadores del volante (ómnibus) de La Habana se fueron a huelga como consecuencia del deterioro de la vida. Este acto desencadenó toda una ola de protestas y rebeliones contra Machado; a mediados de mes, un grupo de militares dirigidos entre otras personas por Fulgencio Batista finalmente se sublevó contra el gobierno central. Incapaz de mantener el control, Machado se refugia en el Cuartel de Columbia, renunciando a la Presidencia. Su régimen despótico había finalizado. Gerardo Machado huyó en esos días hacia Bahamas; posteriormente fijaría su residencia en Miami, Florida, en los Estados Unidos. Fue en este lugar donde el dictador olvidado de Cuba falleció en 1939; en una fecha en la que la Guerra Civil Española estaba finalizando, y en donde las tensiones en Asia y en Europa adquirían una gravedad tal que poco después llevaría al mundo a la Segunda Guerra Mundial.

Del régimen de Gerardo Machado Morales quedaron como recuerdo el Capitolio de La Habana y la Carretera Central. Si bien en Cuba la historiografía no lo ha olvidado del todo, esta apenas lo recuerda; y en el mundo entero, el nombre de Gerardo Machado ha sido muy olvidado, a diferencia de Batista y Fidel Castro; los dos dictadores clave de la Revolución Cubana. Y sin embargo, la dictadura de Machado fue determinante en el devenir de la nación isleña de Cuba, la tierra de Martí. 

martes, 4 de julio de 2017

EL 4 de julio de 1776 como símbolo y realidad: El acta de fundación de un futuro imperio, o la "nueva Roma"


El 4 de julio es un día importante para una nación: Estados Unidos de América. Y dada la importancia política, social, económica, militar y cultural de dicho país, la fecha es importante para el mundo entero, aunque gran parte de la población mundial lo viva como otro día más. Para otro sector de población mundial no menor, en cambio, el día no pasa desapercibido: para algunos, es un motivo de festejo; para otros solo de interés académico; para no pocos es un día aciago. Pero el caso es que el 4 de julio es una celebración en los Estados Unidos: ese día se conmemora su "Declaración de Independencia". Así con mayúsculas.

La "Declaración de Independencia de los Estados Unidos" es el documento aprobado y firmado en la ciudad de Filadelfia (más específicamente en lo que ahora es el "Salón de la Independencia") que proclamó la independencia de las "trece colonias" británicas de la costa atlántica de lo que ahora es Estados Unidos. Independencia respecto de su metrópoli: Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte; en síntesis, la albiónica Gran Bretaña; el "imperio de los siete mares", como se le conoció en el siglo XIX y gran parte del XX. Este suceso, la aprobación y firma de la Declaración de Independencia de las Trece Colonias ocurrió en un contexto de guerra; guerra de independencia de esas colonias contra los británicos; los cuales, naturalmente, no querían perder sus dominios de la Norteamérica atlántica. Y desde luego, con la aprobación y firma de ese documento, no se inició la independencia de esas trece colonias; ni siquiera su unificación en una nueva nación llamada "Estados Unidos". Faltaba ganar la guerra. Todavía no ocurrían las batallas de Saratoga y Yorktown, ocurridas en años posteriores a 1776.

En realidad, la independencia de las trece colonias norteamericanas sería una realidad hasta la firma del Tratado de Paz de París de 1783; tratado que puso fin a la guerra de Gran Bretaña contra Francia y España (gobernadas ambas por la Dinastía de Borbón, aunque con diferente soberano cada una) y además, se reconoció la independencia de esas trece colonias. Y fue así como surgió, por fin, esa nación que ahora llamamos "Estados Unidos de América"; hoy en día uno de los países más extensos del planeta (lugar número 4) y hoy en día una de las tres potencias militares más poderosas del mundo; si bien en aquellos años, cuando surgió, tenía esa nación un cuarto del territorio actual y era un país no muy fuerte militarmente hablando. Ni que decir que para ese entonces, Estados Unidos aun no era ninguna influencia en el área cultural y social; quizá solo políticamente hablando, pues su lucha de independencia bien pudo haber inspirado como ejemplo para sectores ideológicos y políticos de otras tierras.

No obstante, la aprobación de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos sentó las bases de muchos de los valores propios de los Estados Unidos en términos políticos; es el símbolo y el germen del nacimiento de ese país. Fue un impulso en el ánimo independentista de los colonos norteamericanos; con el tiempo, sus descendientes levantarían un nuevo imperio. Un imperio poderoso y abusivo en muchos aspectos, pero con valores democráticos de por medio; en pocas palabras, una potencia no muy diferente a lo que en la Antigüedad había sido Roma; por supuesto, con diferencias no menos esenciales, desde luego. Un país que, al mismo tiempo que nació con valores republicanos y de cultura parlamentaria, también nacería con manchas sociales como es el caso de la segregación racial, étnica y la esclavitud de la población negra. Pero un país que ha sabido transformarse en algo más liberal; un país que sin haber dejado los rastros de esa "América profunda" sigue su camino en el ascenso de los derechos civiles y la igualdad racial. Y si bien el 4 de julio no es el inicio de esa gestación, sí fue el suceso que encarriló ese proceso de manera definitoria; la independencia de las trece colonias debe enmarcarse en un contexto internacional de Revolución Industrial, Ilustración, transformación económica y crisis del imperialismo británico; aunque una crisis momentánea de la que se repondría tras las guerras napoleónicas. Lejos queda el "4 de julio de 1776"; pero solo en el tiempo, más no en la memoria popular estadounidense.

miércoles, 7 de junio de 2017

EL Estabilizador Del Desarrollo


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Fue su gobierno, transcurrido del 1 de diciembre de 1952 al 30 de noviembre de 1958, un sexenio de transición fiscal y económica al mismo tiempo que de continuismo político. Su gobierno es uno más de la lista de administraciones del régimen supuestamente "emanado de la Revolución"; del régimen autoritario, vertical y hasta cierto punto dictatorial burocrático presidencialista del PRI- sistema. Como se ve, un continuismo político e institucional; pero no fue su sexenio igual, en el plano económico, al anterior; al inmediato anterior; aquel dirigido por Miguel Alemán Valdés, el hombre que por dedazo eligió como su sucesor en la silla presidencial a nuestro personaje de marras; a su austero Secretario de Gobernación, justamente el personaje aquí analizado: Adolfo Ruiz Cortines. Veracruzano como Alemán, solo que un veracruzano de aspecto grave, maduro y de semblante serio mayormente; a diferencia de Alemán; juvenil, de sonrisa fácil y de personalidad alegre y hasta cierto punto, festiva.
Adolfo Ruiz Cortines, así se llamó este hombre; este personaje que gobernó a México durante la mayoría de los años cincuentas; aquellos años de vaselina en el cabello de los jóvenes, de chaquetas de cuero, de los albores del Rock an' Roll, de rocolas, de la agudización de la Guerra Fría en el plano internacional y de la Revolución Cubana. Aquellos años en los que el sistema producto de la Revolución Mexicana terminó de consolidarse definitivamente; hasta antes del inicio de su crisis. Fue en estos años de la década de los cincuentas en los que México vivió mayormente gobernado por este personaje que vino a establecer una cierta moralización en el corrupto sistema político que había dejado la administración de Alemán, célebre en el robo institucional y en el uso del poder como fuente y agencia de negocios redondos. También vino Ruiz Cortines a representar una transición en la economía; sostuvo el "milagro mexicano" que ya se había iniciado con Manuel Ávila Camacho, y que Alemán lo había simbolizado con mega obras públicas de relumbrón personalista; pero que hasta entonces había estado acompañado de algunos aumentos de precios y esporádicas devaluaciones del peso.
Adolfo Ruiz Cortines estabilizó la economía crediticia y monetaria de la nación. En su administración se inició el famoso "desarrollo estabilizador" en el cual México, además de continuar inmerso en el milagro económico, mantuvo finanzas sanas; en la semana santa de 1954, Don Adolfo tuvo que decretar una nueva devaluación: de 8.50 pesos, la moneda nacional subió a 12.50 pesos por dólar. Pero gracias a sus medidas fiscales y crediticias por él iniciadas, y que mantuvieron los dos siguientes mandatarios (cada uno a su estilo y forma) esta paridad se mantuvo a un récord histórico de tiempo: 22 años. Largos 22 años en los que la moneda se mantuvo estable, y junto con esa estabilidad del peso, se mantuvo la inflación baja, y el Producto Interno Bruto en expansión constante. Consolidando el crecimiento de la clase media y aliviando o manteniendo estable el nivel de vida de las clases populares; no obstante, el progreso no llegó al campo, y no llegó a todos los centros urbanos con la misma intensidad. Además de no acabar con la pobreza mayoritaria; pero no puede negarse que desde Ruiz Cortines y hasta los setentas, el nivel de vida promedio creció de manera notable.
Famoso por su austeridad personal, fue Ruiz Cortines un moralizador del sistema. La corrupción no dejó de existir como soporte del sistema y práctica común en la política, pero sí se mantuvo en niveles bajos y benignos; enriquecimientos ilícitos moderados y algunas prácticas menores en la burocracia. A diferencia de la administración de Miguel Alemán, famosa por la locura del poder; claro está que, algunos años después, México se precipitaría hacia un nivel de corrupción versallesca y faraónica como pocas veces en su historia; pero eso llegaría dos décadas después del ruizcortinismo. Como dos décadas después del ruizcortinismo llegarían de nuevo las devaluaciones de la moneda; apartando a México de la paridad de 12.50 que aun se recuerda en estos años del tercer milenio.
En su administración, iniciada tras un proceso electoral no muy claro y plagado de no pocas irregularidades y represión (contra los henriquistas) el sistema terminó de consolidarse; el autoritarismo y la falta de legitimidad democrática siguió como un síntoma de atraso político. Durante el gobierno de Ruiz Cortines, el fraude electoral (mayormente contra el Partido Acción Nacional) siguió siendo la norma en elecciones donde el candidato del oficialismo priista no garantizaba el triunfo a la buena. Las destituciones de gobernadores por mera orden del centro marcaron al sexenio en su primer tramo. Sin contar la represión contra la prensa crítica o independiente; y la represión contra movimientos de disidencia sindical, como maestros, ferrocarrileros y otros. Ruiz Cortines, si bien honrado en lo personal, en lo político era un "hombre del sistema"; lo cual significaba que la democracia y el respeto absoluto a los derechos humanos estaban fuera del juego de la política nacional.
Así fue el sexenio de este personaje: Adolfo Ruiz Cortines. Un sexenio de contrastes; positivos en lo económico, social y crediticio (con sus lagunas) y negativo en el plano político y de trato a la disidencia. Con Ruiz Cortines, la historia patria oficial alcanzó niveles cuasi religiosos de veneración gubernamental y sacralización institucional. Muy apegado a las formas y a la investidura como algo sagrado, Ruiz Cortines solía vestir de colores oscuros (negro mayormente) aun en lugares o eventos donde normalmente se usaba el color blanco, o una cierta relajación de la vestimenta. En política exterior, se mantuvo la línea nacionalista, pero de colaboración mutua con los Estados Unidos en temas como el comunismo y la migración. Fue este sexenio el símbolo de la estabilización, y fue el personaje que lo encarnó un rostro sencillo y austero del sistema. No pocos extrañarían a este gobernante de modales elegantes y de trato afable en lo personal. Y quizá haya motivos: el tradicional "palo" del sistema siguió vigente; pero el consuelo del "pan" fue muy notable, tanto como en el sexenio del otro "Adolfo". Política del "pan" que se reflejó en obras no visibles pero que se hicieron sentir, como la estabilidad económica, y en obras notables como las de tipo material; porque por lo menos en estos ámbitos, México necesita cierto ruizcortinismo.

jueves, 25 de mayo de 2017

LAS Entidades Federativas; Piezas Clave En La Democratización Mexicana

Desde fines de la década de los años ochenta, México ha experimentado un paulatino y lento proceso de democratización constante; con algunos retrocesos en su proceder; pero mayormente avances. Avances constantes pese a que la moda actual (de tendencia pesimista y expresada en las redes sociales sobre todo) afirme lo contrario. Por ejemplo, en 1988 la oposición no solo ganó un número bastante notable de diputaciones, sino que se le reconocieron gran parte de estos triunfos pese al fraude electoral en cuanto a la Presidencia. En 1989 se rompió el tradicional monopolio priista en gubernaturas; entre 1990 y 1994 reformas electorales fueron minando el control del PRI y la Presidencia en las elecciones; y finalmente, en 1996 la gran Reforma Política finalmente acabó con este monopolio. Las libertades de expresión y de manifestación fueron ganando terreno en la década de los años noventa. Y ha habido otros avances a nivel federal; sin duda, México ya no es ninguna dictadura, ni perfecta ni camuflada. Pero pese a esto, el siglo XX no se ha ido del todo.

El siglo XX mexicano, el de la dictadura presidencial priista, aun continúa en varios aspectos; incluso en el que tiene que ver con la democracia, o la falta de ella, pese a todos los avances. México aun está muy lejos de ser una democracia; por el momento es un régimen híbrido que combina democracia y autoritarismo, aunque esta combinación no consista en un monopolio del poder nacional ejecutivo, como sucede en los regímenes de autoritarismo competitivo. Por ejemplo, el corporativismo aun existe en el plano sindical; y el antiguo partido oficial aun tiene un porcentaje muy alto de este aparato; es decir, en las elecciones el PRI aun ostenta ventajas derivadas de privilegios de antaño. Y uno de los aspectos en los que aun falta la democracia, es en la situación política de las entidades federativas; me refiero con este término, "entidad federativa", tanto a los estados de la unión como a la "Ciudad de México"; antes el "Distrito Federal". En México, la democracia aun no llega, pero va avanzando; sin embargo, el avance no ha sido igual en todos los niveles de gobierno. En México, en la mayor parte de las entidades, reina menos democracia y respeto a las libertades a nivel estatal, o regional, que lo que la democracia impera a nivel federal. 

En México, la ciudadanía ha conquistado no pocas libertades y avances de transparencia, y control de los dineros públicos, a nivel federal. Sin duda alguna; pese a que estos avances de transparencia no han evitado algunas presuntas irregularidades como algunos actos de corrupción; actos que en este sexenio que corre (dirigido por el mexiquense Enrique Peña Nieto) han desprestigiado la imagen gubernamental de México. Y no obstante, el grado de avances y democratización que la ciudadanía mexicana ha conquistado en la República, no se ha registrado de manera igual en los niveles estatal y municipal; a nivel estatal o regional, la mayor parte de la ciudadanía, que corresponde a la población de la mayor parte de las entidades federativas, vive un contexto de menos respeto a las libertades, a los derechos humanos y menos transparencia de parte de sus respectivos gobiernos estatales. Esta situación ha provocado el surgimiento, en la década pasada (de los años 2000) de un fenómeno político conocido como "feuderalismo". Bajo este fenómeno, muchos politólogos afirman que los gobernadores, en su gran mayoría, descontando excepciones honrosas, se han convertido en los "nuevos virreyes" que imponen su ley personal, su estilo autoritario de gobierno y su falta casi total, o total, de transparencia y honradez en el manejo de los recursos públicos. 

Así es; curiosamente, los avances del federalismo sin que estos vengan acompañados de un proceso de democratización a nivel estatal ha provocado que, por un lado, los mandatarios estatales o regionales ya gocen de más libertad respecto del centro que en el siglo pasado; o más autonomía, si se quiere ver así. Lo cual es normal en un régimen democrático y federal; pero al no haber el mismo grado de democracia y transparencia que a nivel nacional, la mayor adquisición de independencia y autonomía ha provocado que muchos de estos mandatarios hayan casi reproducido, en sus respectivas entidades que gobiernan, el mismo sistema político que a nivel nacional imperó en el México de los años 1935- 1996; la mayor parte del siglo XX. Quizá es de allí de donde ha surgido esta palabra, "feuderalismo"; palabra que es una combinación lingüística y semántica de otras dos: "feudo" y "federalismo". Bajo el nuevo federalismo con herencia autoritaria y escasos avances políticos y de transparencia a niveles regionales, muchos gobernadores, más que ser "nuevos virreyes", se han convertido en autócratas sexenales que manejan a su entidad como si esta fuera su particular "feudo". 

Quizá por esta particular situación es que la lucha por la democracia en los tiempos actuales debe tener como máxima prioridad, sin descuidar otros niveles, por supuesto, los niveles estatal y regional. Democratizar a las entidades; ese es el objetivo clave del actual contexto que vive México. Desde luego, lo ideal sería lo utópico; es decir, que la lucha por la democracia y la transparencia fuera tomada con la misma importancia en absolutamente todos los niveles de gobierno, y dentro de ellos, en todos los aspectos importantes. Eso es lo utópico; lo ideal y lo deseable. Pero la vida real es compleja y complicada; como en casi todos los temas que representan avances para la humanidad, la lucha por el avance de la democracia y la transparencia debe ir, digámoslo así, "por partes". Debe haber objetivos prioritarios en todo momento; prioritarios en cuanto a qué nivel de gobierno debe considerarse como objetivo clave de determinado contexto; así como en qué aspecto es a los que se le va a poner mayor empeño. Y en el México actual, el México que viene desde el sexenio de Vicente Fox Quezada, en el que ha surgido y se ha reproducido este fenómeno del "feuderalismo", la lucha por la democratización a nivel regional, o estatal, debe ser algo prioritario. La importancia de este objetivo es ahora más evidente en estos lustros en el que se han desatado escándalos de corrupción y de malos gobiernos en varias entidades federativas, haciendo que apellidos como "Duarte", "Moreira", "Borge", "Herrera", "Ruiz", "Granier", etcétera, lleven la marca de lo que predomina en los estados. 

Insisto; no es que a nivel federal la transparencia ya sea la norma ideal, y que la democracia ya haya sentado sus reales; no, es claro que todavía falta mucho por hacer. Trayendo a colasión aquella popular frase según la cual "Roma no se hizo en un día", es claro que si la democracia y la transparencia a nivel federal fueran Roma, esta todavía no estaría al nivel de lo que llegó a ser (normalmente esta frase alude no a la ciudad de Roma, sino al enorme y poderoso imperio cuya caída provocó el fin de un período y el inicio de otro); pero ya no le faltaría mucho para llegar a ser. En cambio, si Roma fuera una representación de la democratización a nivel estatal, desde luego no podríamos afirmar que Roma aun es una pequeña aldea de unas cuantas casitas (eso sería la situación caciquil de algunos pueblos alejados de manchas urbanas); pero si sería verdad que Roma aun estaría muy al nivel de cuando se convirtió en república. Muy lejos del imperio que llegó a ser. Eso sería Roma si esta fuera una representación de la democratización de México en sus diversas entidades federativas. Y es importante mencionar que en estas mismas, el avance de la democratización se ha registrado de manera desigual según la entidad en cuestión. Hay entidades en donde la democracia a nivel regional impera aun más que en otras. Y un punto importante, además de los avances en materia de transparencia, es la transición y la alternancia en el gobierno estatal. 

Desde luego, la alternancia partidista en el gobierno estatal no es lo único que se necesita para acabar con el feuderalismo y hacer avanzar la democracia. Hay otros factores sin los cuales la obra no puede llegar a buen término. Pero es este, acaso, un paso importante y necesario; acabar con el monopolio partidista y por ende, de facción, en el que el poder ejecutivo estatal se encuentra en ya muy pocas entidades. La alternancia, en la actualidad, en este México de 2017, ya ha llegado a la mayor parte de las entidades federativas; incuida la entidad especial llamada "Ciudad de México" y en donde se ubican los poderes federales. Incluso hay tres entidades en donde no solo ya se rompió el monopolio tradicional del PRI, sino que incluso ya llevan más de dos décadas, o están a punto de cumplirlas, de gobiernos regionales de oposición al PRI o al priismo; son tres entidades las que están en este caso: Baja California, Guanajuato y la Ciudad de México. En el caso de las dos primeras entidades, ya han pasado más de dos décadas (27 años en la primera y 15 en la segunda) de puros gobiernos de procedencia panista; y en el caso de la Ciudad de México, desde diciembre de 1997 ha habido puros gobiernos perredistas; si bien es importante decir que en este último caso, de las seis personas que han ocupado la Jefatura de Gobierno, tres de ellos fueron personajes procedentes del PRI que se habían separado del ex partido oficial: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Luis Ebrard Casaubón. Der cualquier forma, en estas tres entidades ya hay personas jóvenes que vivieron durante toda su niñez y adolescencia bajo gobiernos regionales de procedencia distinta del PRI; y en el caso de Baja California, estas personas ya se acerca a los 30.

Así pues, se puede decir que tres cuartas partes de las entidades federativas ya han experimentado la alternancia; en distintas formas. Algunas de estas ya han experimentado la alternancia incluso dos veces; volviendo al PRI, o eligiendo a otro partido de oposición distinto del que sacó al PRI de la gubernatura. En el caso de las primeras, estarían como ejemplo Nayarit, Yucatán, San Luis Potosí o Chiapas; en el caso de las segundas, Baja California Sur, que de haber elegido un candidato del PRD para sacar al PRI, posteriormente viró hacia el PAN. También hay entidades como Chihuahua, Aguascalientes o Nuevo León en los que, después de volver el PRI al poder, este volvió a ser sacado en las urnas, regresando la oposición al poder; en el caso de los dos primeros estados, el PAN volvió al poder en las personas de Javier Corral Jurado y Martín Orozco Sandoval respectívamente; en el caso del estado de Nuevo León, la oposición regresó al poder, pero no el mismo partido que antes había logrado la alternancia; el PAN no logró la segunda transición, siendo el triunfador un candidato independiente: Jaime Heliódoro Rodríguez Calderón, apodado el "Bronco". Como se puede ver, entre las entidades que han experimentado la alternancia, esta se ha experimentado de distinta forma y modo. 

Y como se ha podido ver, si bien la alternancia y el fin del monopolio priista es importante y sin duda un gran avance, este no es suficiente para alcanzar la democracia regional y para lograr la plena transparencia en el manejo de recursos públicos. Esto ha quedado patente en escándalos de corrupción y prepotencia en el trato gubernamental de no pocos de estos gobiernos de oposición; casos ocurridos en la Ciudad de México, Sonora, San Luis Potosí, Aguascalientes y Chiapas. Pero no queda la menor duda de que la alternancia es un paso importante y necesario; más no el único ni un eslabón ubicado entre las últimas acciones a seguir; con la alternancia la tarea democratizadora estatal apenas comienza en muchos casos. En la actualidad, ya solo hay cinco de las treinta y dos entidades en donde la alternancia no ha tenido lugar; en donde el PRI ha gobernado de manera ininterrumpida desde los años veintes; estas entidades son: el Estado de México (de donde es el actual mandatario de la República), Coahuila, Colima, Hidalgo y Campeche. Pues bien: los estados de Hidalgo, Campeche y Colima deberán esperar hasta principios de la siguiente década para tener la oportunidad de experimentar la alternancia; en cambio, el Estado de México y Coahuila podrían experimentarla en este mismo año 2017. ¿Llegará la alternancia este año en esas dos entidades?

miércoles, 24 de mayo de 2017

LA PALABRA ESCRITA

Es la palabra escrita uno de los logros más importantes de la humanidad. Es el logro mediante el cual se registran los hechos históricos; es la herramienta mediante la que se expresan ideas, sentimientos, palabras y otros elementos del lenguaje de una manera escrita; de una forma en la que las palabras se inmortalizan y se transmiten de generación en generación. 

martes, 23 de mayo de 2017

NOSTALGIA

Hoy siento nostalgia por este significativo blog. Este blog en donde yo escribía hace pocos años; donde a partir de este año comenzaré a escribir. Primero con escasa frecuencia; luego con más frecuencia. Pero este blog que para mí fue un viaje a las ideas y a la escritura, vuelve a la vida hoy 23 de mayo de 2017