miércoles, 7 de junio de 2017

EL Estabilizador Del Desarrollo


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Fue su gobierno, transcurrido del 1 de diciembre de 1952 al 30 de noviembre de 1958, un sexenio de transición fiscal y económica al mismo tiempo que de continuismo político. Su gobierno es uno más de la lista de administraciones del régimen supuestamente "emanado de la Revolución"; del régimen autoritario, vertical y hasta cierto punto dictatorial burocrático presidencialista del PRI- sistema. Como se ve, un continuismo político e institucional; pero no fue su sexenio igual, en el plano económico, al anterior; al inmediato anterior; aquel dirigido por Miguel Alemán Valdés, el hombre que por dedazo eligió como su sucesor en la silla presidencial a nuestro personaje de marras; a su austero Secretario de Gobernación, justamente el personaje aquí analizado: Adolfo Ruiz Cortines. Veracruzano como Alemán, solo que un veracruzano de aspecto grave, maduro y de semblante serio mayormente; a diferencia de Alemán; juvenil, de sonrisa fácil y de personalidad alegre y hasta cierto punto, festiva.
Adolfo Ruiz Cortines, así se llamó este hombre; este personaje que gobernó a México durante la mayoría de los años cincuentas; aquellos años de vaselina en el cabello de los jóvenes, de chaquetas de cuero, de los albores del Rock an' Roll, de rocolas, de la agudización de la Guerra Fría en el plano internacional y de la Revolución Cubana. Aquellos años en los que el sistema producto de la Revolución Mexicana terminó de consolidarse definitivamente; hasta antes del inicio de su crisis. Fue en estos años de la década de los cincuentas en los que México vivió mayormente gobernado por este personaje que vino a establecer una cierta moralización en el corrupto sistema político que había dejado la administración de Alemán, célebre en el robo institucional y en el uso del poder como fuente y agencia de negocios redondos. También vino Ruiz Cortines a representar una transición en la economía; sostuvo el "milagro mexicano" que ya se había iniciado con Manuel Ávila Camacho, y que Alemán lo había simbolizado con mega obras públicas de relumbrón personalista; pero que hasta entonces había estado acompañado de algunos aumentos de precios y esporádicas devaluaciones del peso.
Adolfo Ruiz Cortines estabilizó la economía crediticia y monetaria de la nación. En su administración se inició el famoso "desarrollo estabilizador" en el cual México, además de continuar inmerso en el milagro económico, mantuvo finanzas sanas; en la semana santa de 1954, Don Adolfo tuvo que decretar una nueva devaluación: de 8.50 pesos, la moneda nacional subió a 12.50 pesos por dólar. Pero gracias a sus medidas fiscales y crediticias por él iniciadas, y que mantuvieron los dos siguientes mandatarios (cada uno a su estilo y forma) esta paridad se mantuvo a un récord histórico de tiempo: 22 años. Largos 22 años en los que la moneda se mantuvo estable, y junto con esa estabilidad del peso, se mantuvo la inflación baja, y el Producto Interno Bruto en expansión constante. Consolidando el crecimiento de la clase media y aliviando o manteniendo estable el nivel de vida de las clases populares; no obstante, el progreso no llegó al campo, y no llegó a todos los centros urbanos con la misma intensidad. Además de no acabar con la pobreza mayoritaria; pero no puede negarse que desde Ruiz Cortines y hasta los setentas, el nivel de vida promedio creció de manera notable.
Famoso por su austeridad personal, fue Ruiz Cortines un moralizador del sistema. La corrupción no dejó de existir como soporte del sistema y práctica común en la política, pero sí se mantuvo en niveles bajos y benignos; enriquecimientos ilícitos moderados y algunas prácticas menores en la burocracia. A diferencia de la administración de Miguel Alemán, famosa por la locura del poder; claro está que, algunos años después, México se precipitaría hacia un nivel de corrupción versallesca y faraónica como pocas veces en su historia; pero eso llegaría dos décadas después del ruizcortinismo. Como dos décadas después del ruizcortinismo llegarían de nuevo las devaluaciones de la moneda; apartando a México de la paridad de 12.50 que aun se recuerda en estos años del tercer milenio.
En su administración, iniciada tras un proceso electoral no muy claro y plagado de no pocas irregularidades y represión (contra los henriquistas) el sistema terminó de consolidarse; el autoritarismo y la falta de legitimidad democrática siguió como un síntoma de atraso político. Durante el gobierno de Ruiz Cortines, el fraude electoral (mayormente contra el Partido Acción Nacional) siguió siendo la norma en elecciones donde el candidato del oficialismo priista no garantizaba el triunfo a la buena. Las destituciones de gobernadores por mera orden del centro marcaron al sexenio en su primer tramo. Sin contar la represión contra la prensa crítica o independiente; y la represión contra movimientos de disidencia sindical, como maestros, ferrocarrileros y otros. Ruiz Cortines, si bien honrado en lo personal, en lo político era un "hombre del sistema"; lo cual significaba que la democracia y el respeto absoluto a los derechos humanos estaban fuera del juego de la política nacional.
Así fue el sexenio de este personaje: Adolfo Ruiz Cortines. Un sexenio de contrastes; positivos en lo económico, social y crediticio (con sus lagunas) y negativo en el plano político y de trato a la disidencia. Con Ruiz Cortines, la historia patria oficial alcanzó niveles cuasi religiosos de veneración gubernamental y sacralización institucional. Muy apegado a las formas y a la investidura como algo sagrado, Ruiz Cortines solía vestir de colores oscuros (negro mayormente) aun en lugares o eventos donde normalmente se usaba el color blanco, o una cierta relajación de la vestimenta. En política exterior, se mantuvo la línea nacionalista, pero de colaboración mutua con los Estados Unidos en temas como el comunismo y la migración. Fue este sexenio el símbolo de la estabilización, y fue el personaje que lo encarnó un rostro sencillo y austero del sistema. No pocos extrañarían a este gobernante de modales elegantes y de trato afable en lo personal. Y quizá haya motivos: el tradicional "palo" del sistema siguió vigente; pero el consuelo del "pan" fue muy notable, tanto como en el sexenio del otro "Adolfo". Política del "pan" que se reflejó en obras no visibles pero que se hicieron sentir, como la estabilidad económica, y en obras notables como las de tipo material; porque por lo menos en estos ámbitos, México necesita cierto ruizcortinismo.