jueves, 16 de septiembre de 2010

LOS mitos de la independencia de México







Hoy 16 de septiembre de 2010 se conmemoraron 200 años del inicio de la lucha de independencia de México, en aquel entonces Reino de Nueva España. El México actual es muy diferente del de en ese entonces. Además del nombre, en aquel 1810 México no era una nación independiente (era colonia de España, y por cierto, la colonia más rica de la Corona Española). Era un país en donde la mayoría católica era más abrumadora que hoy en día. México contaba con una clase media muy reducida (formada por pequeños industriales, comerciantes y rancheros; además de intelectuales y sacerdotes); una aristocracia rural en su mayoría y de reminiscencias feudales, y una mayoría pobre, rural y analfabeta. Fue ese país el que el 16 de septiembre de 1810 entró en una etapa sangrienta de guerra que concluyó en la independencia nacional.


Sin embargo, en la cuestión de la independencia de México existen muchos mitos. En una entrada anterior mencioné algunos de estos. Por ejemplo, el famoso grito de Dolores (una arenga pública para rebelarse contra los españoles) no fue el 15 de septiembre. Fue en la madrugada del 16. Tampoco es el inicio de la independencia de México. Fue el inicio de la lucha que concluyó en la independencia, pero no fue el principio de ella. De hecho, como ha señalado el escritor mexicano Luis González de Alba, a menos de un año de iniciada la rebelión de Miguel Hidalgo, tanto él como sus principales acompañantes fueron hechos prisioneros y fusilados. La lucha continuó, es verdad. Con diferentes personajes y caudillos (Morelos, Mina, Vicente Guerrero, etcétera). Sin embargo, es precisamente ese dato, el de que la lucha continuó después de ejecutado Hidalgo en Chihuahua, el que muestra que el 16 de septiembre de 1810 no es el inicio de la independencia de México. De lo contrario ¿porqué tendría que lucharse por la independencia si se supone que ya se había logrado con el grito de Dolores?


La independencia de México (en ese entonces Nueva España) se logró once años después de que hubo ocurrido el grito de Dolores. Ocurrió el 27 de septiembre de 1821, gracias a una negociación política de Agustín de Iturbide con Don Juan o Donojú, y a los tratados celebrados en Córdoba, Veracruz, el 24 de agosto de 1821. Ocurrió como consecuencia de esa negociación, ese tratado y a la habilidad y astucia de Agustín de Iturbide. También, al famoso Plan de Iguala que Iturbide ideó a principios de año. La independencia de México es obra admirable del genio de un caudillo militar, Iturbide. El, y no el sacerdote Hidalgo, es el verdadero Padre de la Independencia, y si se quiere, de la patria. Esos son los hechos históricos, le pesen a quien le pesen.


Esos mitos fueron los que mencioné en la entrada anterior acerca de la independencia. Pero existen otros. Por ejemplo, es dudoso que la lucha que concluyó en la independencia se iniciara con ese fin. Existe la teoría de que Miguel Hidalgo no deseaba realmente la independencia del país respecto de España. O mejor explicado, no deseaba la independencia definitiva de Nueva España respecto a la Madre Patria. Cuando la rebelión de Miguel Hidalgo se inició, España había sido invadida por la Francia de Napoleón Bonaparte. El rey Carlos IV y su sucesor, Fernando VII (ambos de la dinastía de Borbón, a la que pertenece el rey actual Juan Carlos I) habían cedido la corona a un hermano del emperador francés, de nombre José, y España estaba en plena guerra contra los invasores desde el 2 de mayo de 1808.


Como consecuencia de estos acontecimientos, en España y en sus colonias de ultramar se formaron grupos de defensa y juntas para determinar las acciones a seguir. Algunos grupos en la Nueva España y en general en Hispanoamérica sostenían la idea de que las colonias debían separarse mientras durara la invasión gala en la península Ibérica. Esto con la idea de salvar el honor de la Corona y a los territorios americanos de la bota de Napoleón, un dictador y emperador de ideas revolucionarias y liberales. Pero cuando la invasión hubiera sido derrotada y expulsados los franceses, las colonias se someterían de nuevo bajo el dominio de la dinastía que antaño también había gobernado a Francia. Entre los partidarios de estas ideas probablemente estuviera el cura Hidalgo. Es relevante que en el famoso grito del 16 de septiembre Hidalgo incitara a la rebelión contra los españoles bajo la idea de que estos se habían entregado a los franceses. También, es de hacer notar que uno de los gritos de la rebelión fuera el famoso Viva Fernando VII, algo así como si durante la lucha por la independencia de Estados Unidos George Washington hubiera gritado vivas a favor de Jorge III, rey de Inglaterra cuando la lucha por la independencia de las Trece Colonias que formaron a Estados Unidos.

La lucha por la independencia de México quizá no inició con este propósito: el de lograr la independencia definitiva. Si es así, pues es paradójico que el personaje central de la primera fase, Hidalgo, fuera enaltecido en el futuro por los liberales, el porfirismo y el régimen emanado de la revolución, además de los gobiernos panistas, pues entonces la rebelión del cura de Dolores fue contra los principios y las ideas liberales. Miguel Hidalgo sería entonces un reaccionario conservador, algo así como los enemigos de los liberales que lo enaltecieron a mediados del siglo XIX.


Por supuesto, como mencioné líneas arriba, esto de que Hidalgo iniciara una rebelión a favor del dominio del rey de España sobre Hispanoamérica es una sospecha. Y lo es porque si bien es raro que el personaje gritara vivas a favor de Fernando VII y además incitara a la rebelión con la consigna de no caer bajo el dominio de la Francia revolucionaria, también es conocido entre los estudiosos de su biografía que sostenía algunas ideas que iban contra los dogmas de la iglesia católica y de la España monárquica y conservadora. Tales como el de que el adulterio no era pecado mortal (se cree que el cura tuvo algunos hijos, y de hecho existía hacia 1810 una sobrina que supuestamente, según las malas lenguas, era su hija). Celebraba tertulias y fiestas en su casona de Dolores, muchas de ellas de forma poco ortodoxa frente a la moral personal pregonada por el clero de la época. A principios de la década de 1800, se le abrió un juicio en la Inquisición, que no pasó a mayores (este proceso se le volvió a abrir en 1811, cuando estaba aprehendido en la ciudad de Chihuahua). Por este motivo, existe la duda respecto a sus verdaderos deseos e ideales cuando incitó a la rebelión en Dolores.

Sea como fuere, es un hecho que el capítulo de la independencia de México requiere de una revisión historiográfica rigurosa. Una revisión tan rigurosa como el capítulo de la revolución mexicana, del cual se celebra en este año el centenario de su inicio. Como también merecen esa rigurosa investigación otros capítulos y episodios de la historia mexicana, tales como el de la conquista, la colonia, el porfiriato o hasta la invasión y la guerra contra Estados Unidos. Los mitos subsisten en la medida en que escacea una escuela verdadera de historia científica.